Confesiones. Tom Kaulitz.

Capitulo 43.

BAM.

Más tarde, ese mismo día, una explosión me hace saltar mientras bajo la escaleras, inmediatamente reconociendo el sonido de un disparo, seguido del sonido de algo rompiéndose. Me relajo. Veo a Tom de lejos, sujetando un fusil, manteniendo su mirada en el blanco.

Jala el gatillo.

Bam. Se rompe. Siempre ha sido bueno en eso. Mantener su vista en el blanco. Dándole. Haciendo que se rompa.

Como a mi. Golpeándome y dándome en lugares que ni siquiera le deberían de ser permitidos tocar. Golpeándome de esa manera, en donde el resultado no es dolor, sino placer, un placer muy lamentable. Jodiéndome y destrozandome por completo.

Esta rodeado de algunos de sus familiares y de una morena que obviamente no era familiar suyo porque cada vez que le da en el blanco, ella aplaude y lo abraza, coqueteandole. Ugh. Miro a mi alrededor en busca de Lucas pero no lo encuentro por ningún lado.

— Hola, preciosa.

Me doy la vuelta y me encuentro con un tipo con una sonrisa muy grande para su rostro. Era lindo, supongo. Creo que es un Kaulitz, pero no estoy segura.

—Hola. —Respondo cortésmente, pero él esta muy ocupado comiéndome con los ojos.

— Te vez perdida.

— No estoy perdida.

— Puedo mostrarte los alrededores, si deseas. —Al parecer el tipo es muy persistente, y seguro de si mismo.

— Bueno, prefiero hacerlo sola, gracias.

Vuelve a sonreír, obviamente pensando en algo sexual y pervertido. Tal vez si es familiar de Tom después de todo.

— ¿Ah si? —Murmura y tuve que reírme por su forma de pensar. Decidí seguirle el juego y joderlo un poco. Que demonios, igual estaba aburrida.

Me acerco a él, usando mi dedo pulgar para acariciarle la mandíbula. Me muerdo los labios y me inclino más cerca de él.

— Bueno, depende...

— ¿De que?

—De.. —Respiro, yendo a sus labios, tan cerca que casi puedo besarlo. Su boca se abre ligeramente. Puedo notar que, a pesar de que no estaba preparado para esto, está acostumbrado a que las mujeres se le tiraran encima.

— De que yo...

Casi se le cae la baba, y yo sonrío.

— ¿ _______?

Mierda. Mierda. Mierda.

Me alejo de él inmediatamente y me encuentro cara a cara con Lucas y Tom, de todas las personas que hay en esta casa tenían que ser ellos. Los dos me miraban muy feo. Me recordó a la vez que me atraparon engañando a mi novio con uno de los jugadores de fútbol de la escuela. Me olvide de que novio y de que jugador, pero por alguna extraña razón, tenia ganas de reírme en voz alta y verme arrepentida y culpable al mismo tiempo.

El hombre al que planeaba joder pone una mano en mi hombro, intentando continuar lo que el creía que era coqueteo. No tenia ni idea de que mi novio y hermanastro, también conocido como el hombre que me follo en Colombia, estaban parados frente a nosotros.

Mierda. Las cosas en las que me metía. Tom una vez me dijo que me encanta complicar las cosas. Creo que tiene razón.

Pero, ¿porque los dos me miran tan odiosamente? Ni que me lo hubiera estado follando. No planeaba hacer eso, créanme. Dos Kaulitz son suficiente. Creo que si añado a este a la lista, me volvería loca.