Capitulo 88.

413 32 1
                                    

No me suelta.

Trato de zafarme de los brazos de Tom pero me sostiene fuertemente con una sonrisa burlona.

— ¿Nos vemos esta noche? —Pregunta, besándome.

— Ya te dije que no puedo. Ya tengo planes con Diego, nos vamos de compras.

— ¿De noche? —Alza una ceja— ______, dime la verdad, ¿Diego y tú estan teniendo una aventura?

— Ja ja, muy gracioso. Siempre vamos de compras de noche así que vete a la mierda —Murmuro con amargura— Sueltame, Tom. Hablo en serio, alguien podría entrar a mi oficina en cualquier momento.

— ¿Y?

— No quiero que nos vean así.

— ¿Por qué no? —Me vuelve a besar, esta vez más suave— No puedes estar avergonzada de mi. Soy guapo y rico. Es más, la mayoría de las mujeres dejarían la puerta abierta para ser vistas conmigo.

— No suelo dejar que mis empleados vean cuando un hombre trata de tocarme toda. Tengo una reputación de jefa intimidante que mantener.

— Si, pero eres tan.. —Arruga la nariz y hace pucheros.

— Lo sé, pero ya llevamos dos semanas en esto, y para serte franca, me tienes enferma.

Frunce el ceño, y lo hace como si no hubiera escuchado mi tono de voz, porque si lo hubiera hecho sabría que lo que dije fue en broma. Me agarra con más fuerza. Posesivamente. Su cuerpo muy robusto se aprieta contra el mio. Mi Tomi.

— Ahora no te voy a dejar ir hasta que te desenfermes de mi.

— Esa palabra no existe.

— Si existe. Y ese no es el punto —Pone los ojos en blanco.

— Eres tan maricon —Trato de alejarme nuevamente, pero no tuve éxito— Un maricon analfabeta.

— ¿Por qué diablos tienes que ser tan odiosa?

— ¿Por qué diablos no me sueltas? —Vuelvo a intentar zafarme de él. No. No resulta— ¿Estas celoso de un homosexual?

— Claro que no. Ya te dije, no te voy a dejar ir hasta que te desenfermes de mi.

— Ok, ya me desenferme.

— Mentirosa.

— Idiota.

— No ganaras nada insultandome.

— Tus brazos se cansarán pronto.

— ¿Eso crees? —Pregunta, desafiante.

— Lo sé. Es físicamente imposible quedarse así por horas.

— Pero quiero quedarme asi contigo por horas..

Santa madre de todo lo santo y profano. Esta siendo dulce otra vez. Parte de mi quiere vomitar y la otra parte quiere sonreír. No sé cual de las dos cosas quiero hacer más. Ambas.

— No puedo creer que acabes de decir eso —Se me escapa una risa. Ya olvide porque estaba molesta.

— ¿Qué? Solo dije la verdad. Quiero quedarme así por horas.

— Bueno, sí, pero estas actuando como si fueras mi novio.

— ¿Acaso no lo soy? —Pregunta con los ojos entrecerrados.

— Em, ¿no?

— Bueno, ¿que soy?

— Un hombre pegajoso que no deja que me vaya.

Confesiones. Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora