Confesiones. Tom Kaulitz.

Capítulo 78; Parte 2.

— Nos vamos a casar. Mira, ya tienes el vestido puesto... Se supone que no te podia ver antes de la boda, pero... —Suspira— Esta bien. Nos tenemos que ir ahora.

— Pero.. todos estan aqui. ¿Nos podemos quedar un rato?

— Todos estaran allí —Me asegura, y antes de que pueda despedirme de mi abuelo, Alex toma mi mano y salimos por las puertas dobles.

Ahora nos encontramos en una iglesia, de pie delante el sacerdote. El lugar esta lleno, y tengo puesto un vestido de novia, con el cabello ahora más largo (porque al parecer tengo 24 años nuevamente). Hannah era mi dama de honor, y el padrino de boda era Lucas. Pero, ¿qué demonios hacia Tom ahi también? Pensé que solo se podia tener un padrino de boda.

— ¿Acepta usted, Srta. _____, a Alex, Lucas y Tom como sus esposos?

— ¿Qué? —El sacerdote me mira raro y repite su pregunta— ¿Em.. no se supone que solo debe haber un novio?

— Bueno, todos queremos casarnos contigo —Los tres hablan al mismo tiempo.

— Tu estas casado —Señalo a Lucas— Tu eres un idiota —Señalo a Tom— Y tu no deberias de estar de acuerdo con esto —Le digo a Alex, molesta.

— Yo me quedo con Lucas si no lo quieres —dice Hannah.

— ¡No te vas a quedar con Lucas! —Estalle.

— Bueno, si no quieres que te compartamos, te toca elegir a uno de los tres. 

— Lucas esta casado y tu tienes novia, Tom.

— Sí, lo sé. Pero te amo.

— Yo también, _____(tu apodo) —Dice Lucas con tristeza, pasandose las manos por el cabello— Siempre lo he hecho.

— ______ —Interrumpe Alex, con cara triste. Toma mis manos. Aferrandose a ellas con toda la calidez y amabilidad del mundo— Yo cuidaré de ti. Nunca te dejaré. Nunca te decepcionare.

— Mentira — Tom se ríe— Nisiquiera lo escuches, ____. ¡Eso no es lo que quieres!

— Estoy de acuerdo con Tom. 

— No les hagas caso... —Mi novio me implora— Yo se lo que quieres, ____. Dame una oportunidad.

Tom deja escapar un gruñido, lo que significaba que estaba seriamente enojado. Me agarra los hombros, doblandome sobre la mesa. Su mano me cubre el seno, y su lengua lame mi oido.

— ¡Sueltame!

— Esto es lo que quieres —Murmura— Sexo rudo. Hombres rudos. Alguien que no tenga miedo de llevarte la contraría y decirte las verdades en la cara.

Todo el lugar estaba en silencio, como si estuvieramos actuando en una obra de teatro. Me estremezco cuando su mano se desliza por debajo de mi vestido y me acaricia el seno mientras frota su erección contra mi culo.

— ¡Tom, estamos en una fucking iglesia! —Grito enojada— ¡Ya basta!

— Pff, ¿acaso ahora crees en Dios? —Mordisquea mi cuello, su respiración es cada vez más pesada— Esté vestido nisiquiera te luce. Me encantaría arrancartelo, y cogerte hasta que no puedas más.

— Lo estas haciendo mal —Lucas le dice a Tom. Lucas lo empuja lejos de mi. Me voltea para quedar frente a frente con él, y en vez de lanzarze a golpearlo, Tom solo lo observa— Ella no solo quiere eso —Comienza, quitandome el cabello de la cara.

— Ah, ¿también quiere cachorros y muchos arcoiris? —Se burla.

Sacude la cabeza.— No seas pendejo, Tom.