–¡Date prisa! –Me apuró Shizuo– Pulga –vio el reloj– ¡carajo, nos va a dejar el avión! Mierda, ¡Izaya!
–Es tu culpa simio estúpido, como te vas a equivocar de hora -respondí enojado–, ¿cómo no revisas bien la hora de los tiquetes?
–No me vengas con esa mierda, yo te entregué todos los papeles, imbécil. –Revolvió su cabello, estaba furioso - Solo date prisa, ¿Quieres? Tenemos 10 minutos.
–Mira Shizuo, me sigues afanando y te aseguro que irás de viaje solo. –Me tenía tan estresado que ni siquiera considere el peso de mis palabras.
Frunció aún más el ceño, sus dos cejas casi estaban unidas, su boca era un morro y parecía que su quijada se rompería si la seguía apretando. Soltó sus cosas, caminó hacia mí -o quizás era su furia misma la que andaba-, cuando me alcanzó tomó mi maleta a medio hacer, cerró la cremallera, se la llevó al hombro y a mí al otro.
–No llevó ropa suficiente, estúpido fenómeno, bájame. –Golpeé su espalda con un fuerte puño.
–Te juro que te voy a golpear si sigues siendo tan cabeza dura. Además, ¿para qué quieres la ropa? No la vas a necesitar.
Sabía a qué se refería. Enrojecí y enmudecí, no pude seguir peleando.
–¿Quieres caminar o prefieres que te lleve así? –golpeó mi trasero.
–Por favor, bájame.
Cuando me dejó en el suelo le lancé una patada y lo golpeé.
–No te quejes, Shizu-chan, te lo merecías. –Levanté mis manos en son de paz.
Pensé que explotaría, que los edificios a 20 metros a la redonda desaparecerían, que todos morirían y en especial yo. Pero no. Solo apretó la mandíbula un momento y luego me habló.
–Te lo haré pagar luego, Pulga. Ya verás.
Levantó las maletas y salió corriendo hacia el ascensor. Suspiré mientras cerraba la puerta de la casa y caminaba hacia él, no me gustaba ir de afanes, y menos si no era por mi culpa.
–¡Que te apures, Izaya! ¡Teníamos que estar hace una hora en el aeropuerto! –Shizuo ya detenía la puerta del ascensor para que no se cerrara.
–Vete a la mierda Shizuo, es tu culpa, me voy a volver loco si sigues gritando.
Entré en el ascensor y al fin se cerró la puerta.
–Tú dijiste que el maldito vuelo era a las dos, por tanto tendríamos que estar a las 12 en el aeropuerto, no a las 11, idiota, cuando lleguemos al aeropuerto serán las 12, tenemos suerte si no hay mucha gente.
–Te dije que Celty me ayudó con los pasajes de avión, el mismo día que me dieron la carpeta, te la di a ti, yo no revise nada, Celty me dijo que era a esa hora, yo le creí.
¿Celty equivocándose? O la compañía de Shinra le estaba sentando mal o tener su cabeza lejos de ella mucho tiempo le estaba haciendo daño –bueno, eso era culpa mía.
–Y yo a ti, fenómeno. Mala decisión de mi parte.
La puerta se abrió de nuevo y salimos al fin a la portería, agarré mi maleta pero Shizuo me la arrebató y salió corriendo junto con la suya a la calle. Él era el de la fuerza bruta, así que no había problema.
Esta vez lo seguí con el mismo paso.
Por fortuna había un taxi pasando en ese momento, Shizuo lo detuvo a tiempo, así que no gastamos mucho tiempo más en conseguirlo. Cuando nos subimos y el carro al fin se puso en movimiento, un poco de la tensión que nos estaba asfixiando desapareció. Shizuo se recostó y echó la cabeza hacia atrás, dejó salir un suspiro y me abrazó con su brazo izquierdo.
ESTÁS LEYENDO
2. Si pudieras desaparecer
FanfictionIzaya y Shizuo han comenzado a tener una relación de pareja desde aquel encuentro inminente en el apartamento de Izaya, aún lo manejan en secreto, nadie puede enterarse, el amor de esos dos podría provocar un cambio en la vida de Ikebukuro para bien...