Nota: Lo siento en el alma, amores, la embarré jaja. PUBLIQUÉ EL CAPÍTULO QUE LE SEGUÍA A ESTE PRIMERO. vuelvan a leer las 3 personas que ya leyeron jaja, lo siento mucho
Sin toallas ni nada más que dejar en el auto, caminamos hacia las olas oscuras que se alzaban ambiciosas hacia el cielo con la esperanza de alcanzarlo; en algún punto los sentí enamorados, al cielo y al mar, tan lejos el uno del otro, tan imposible pero tan enamorados, que me vi reflejado en aquel paisaje con Shizuo, tenía muy claro que lo de nosotros nunca podría ser normal, natural y posible. Ver al mar y al cielo de esa manera simplemente dolía.
–¿Qué pasa? –Preguntó– ¿No quieres estar aquí?
Se había dado cuenta de mi estúpida expresión.
–¿De qué hablas, Shizu-chan? Solo pienso en lo fea que es esta playa.
–Pero, está sola, podemos ser solo nosotros.
Shizuo no se daba cuenta de lo que decía, no se daba cuenta de que cada cosa que salía de su boca inflaba un globo en mi pecho haciéndome sentir afortunado y único, no se daba cuenta que cada cosa me hacía inmensamente feliz; él solo era él, hablaba lo que pensaba, actuaba lo que sentía, siempre sincero y abierto a las posibilidades, siempre dispuesto a decirme cuanto me quería.
Entorné los ojos y reí de medio lado a modo de respuesta.
–¡Corre, Shizu-chan! –grité mientras corría hacia las olas que seguían insistiendo en desafiar la gravedad.
–Espera... ¡Pulga!
Entró al agua de un salto gigante y me salpicó por completo.
–¿En tu vocabulario no existe la palabra "delicadeza"? –dije escupiendo el agua salada que había tragado.
–Deja de ser amargado –Agarró mis mejillas con su mano derecha–, diviértete.
Llevé mi brazo hacia atrás y cree una ola que cayó sobre Shizuo haciendo que soltara mi rostro y retrocediera un poco por el agua que acababa de entrar a su boca. Esa era mi venganza.
–I.za.ya.kun...–vociferó Shizuo antes de ponerse a lanzar olas gigantescas con sus brazos e iniciar una guerra.
Corrimos como pudimos en ese sucio mar tratando de esquivar los ataques que nos lanzábamos en cada descuido; Shizuo saltaba con facilidad, parecía que estuviera sobre la tierra, el agua no le afectaba nada, mientras que yo luchaba una y otra vez con mi trozo de tela llamado traje de baño para que no saliera por mis piernas, con la fuerza de empuje de cada ola que caía con la voluntad destrozada una vez más por no poder alcanzar su amado cielo; perdí de la manera más patética posible, pero me divertí, bueno, los dos lo hacíamos, los dos nos reíamos a carcajadas que curaban los recuerdos de las malas visitas de la mañana.
Nunca había hecho nada parecido, esa era mi primera vez jugando con alguien en la playa, corriendo entre el agua y riendo como loco. Fue hasta entonces que me percaté de que Shizuo se estaba llevando muchas de mis primeras veces.
–Vamos a descansar, Izaya.
–Que no me digas Izaya –Caminé hacia él aún en medio del agua–. No me gusta.
Me tomó por la cintura y me pegó a él, bajó su cuello y por ende su cara, pegó su frente a la mía y me dijo:
–A mí sí me gusta. Es tu nombre –dejó que nuestros labios se rozaran–, ¿cómo no me va a gustar tu nombre si es algo que te pertenece? -Dijo en medio de un susurro antes de besarme.
Cuando digo que Shizuo tomó el control de mí ser lo digo totalmente enserio; él me desarma a voluntad, me aprieta el pecho, luego lo infla y lo explota por la cantidad de sentimientos felices que guarda allí, y me hace sentir feliz, inmensamente feliz en medio de ese recuadro de arena y mar sucio y solitario bajo un cielo que llora por no poder alcanzar su amado mar.
ESTÁS LEYENDO
2. Si pudieras desaparecer
FanfictionIzaya y Shizuo han comenzado a tener una relación de pareja desde aquel encuentro inminente en el apartamento de Izaya, aún lo manejan en secreto, nadie puede enterarse, el amor de esos dos podría provocar un cambio en la vida de Ikebukuro para bien...