La mañana llegó más rápido de lo pensado. En sueños, Shizuo decidió que dejaría a Izaya cuando le dieran de alta y lo dejara en su casa, no antes.
Aún tenía unas horas más. Unas horas más con su amada Pulga.
Besó la oreja de Izaya, luego su cuello y finalmente su mejilla para despertarlo –aunque no quería hacerlo, pero si esas iban a ser sus últimas horas juntos, definitivamente no las desperdiciaría– del profundo sueño en el que se encontraba. El huesudo cuerpo entre sus brazos se movió con pequeños espasmos –posiblemente dolorosos– y finalmente despertó. La luz de la ventana le pegaba fuerte en el rostro, los rayos de sol se filtraban y llegaban justo a sus ojos, así que los cerró de golpe de nuevo.
–Cierra la cortina –pidió.
–Buenos días– dijo Shizuo.
–Hola –respondió Izaya con los ojos aún cerrados.
–Ya puedes abrirlos.
–¿Qué clase de absurdo sol es ese? –se quejó Izaya.
–El de un buen día –Shizuo le dedicó una sonrisa y se dirigió a la puerta–, iré a buscar a la enfermera.
Izaya no tuvo tiempo de hablar, Shizuo salió sin darle tiempo de hacerlo.
La enfermera revisó el suero, le dio algo para el dolor y los dejó solos para llamar al médico que firmaría su salida.
Shizuo se quedó de pie en la puerta mirando a Izaya verse el vendaje sobre su piel. Sentía malestar al verlo de esa manera, pero su mente al fin había entendido que estaba vivo, y eso para él era paz.
–Orihara-san –habló un médico–, lo veo muy bien de ánimo.
–Estoy perfecto, déjeme salir de aquí.
El médico rio y negó con la cabeza.
–No tan rápido. Primero haremos las curaciones de la herida y luego revisaré sus signos vitales. Luego decidiré si se puede ir o no.
–Dese prisa, odio estar aquí encerrado. Estoy perdiendo dinero, ¿sabe?
El médico volteo a ver a Shizuo y le pregunto:
–¿Siempre es así?
–Todos los días, desde temprano en la mañana –respondió Shizuo sin apartar sus ojos del huesudo cuerpo que tenía que abandonar en unas horas.
–Bueno, verlo tan enérgico es una buena señal. Por favor, Orihara-san, estire su brazo, le tomaré la presión.
–Tengo hambre, Shizu-chan –dijo mientras estiraba el brazo hacia el doctor.
–¿Qué quieres? –preguntó
–Tu comida. –respondió.
Hablaban como si no les importara la presencia de la enfermera y el médico, como si su relación fuera lo más natural del mundo.
–Confórmate con la cafetería. ¿Qué quieres? –volvió a preguntar.
–Trae lo que quieras, pero dame comida.
–Que sea suave, por favor –respondió el médico–. Gelatinas y cosas parecidas.
–Bueno –se dio la vuelta y salió.
El médico puso su estetoscopio y revisó los latidos mientras inflaba la bomba para apretar el brazo de Izaya y tomar su presión, cuando acabó se retiró el estetoscopio y le dijo a Izaya: todo bien. La enfermera retiró la venda y comenzó la curación de la sutura, provocando gestos de dolor en la cara de Izaya.
–¿Y? ¿Me podré ir hoy?
–Esperaremos hasta la tarde y podrá irse.
Izaya rodó los ojos.
El médico rio.
–Ese hombre estaba destrozado ayer –dijo el médico–, nunca había visto a nadie así.
Izaya vio al médico inexpresivo, se estaba metiendo en terrenos a los que no tenía derecho de entrar.
–Tranquilo. Sé que son pareja –admitió el médico–, no los juzgo. En realidad, es la primera vez que veo a alguien querer de esa manera.
Izaya arrugó el ceño.
–¿Él se lo dijo?
–Fue lo primero que dijo cuando entró al hospital.
–Mmm.
–Me han quitado muchos prejuicios de encima, de verdad. Ustedes fueron una revelación para mi compañero y para mí.
–Pues, que bueno, sensei.
–Muchasuerte en su relación, Orihara-san. Vendré de nuevo en la tarde a firmar susalida. Kaede san terminará la curación. Kaede san, por favor. –Hizo unareverencia y se retiró de la habitación.
.
.
.
Continuará
(¿Quieren que les diga algo? Solo queda un capítulo. Más el Epílogo. ¡Estoy que me pongo a llorar! ¿Ustedes no?
No tengo nada que decir, excepto que estoy que me muero de esta gripa-tos tan terrible que tengo encima T_T
AH! Vayan a leer Komorebi!
Los amo, Adios :* )
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2. Si pudieras desaparecer
Fiksi PenggemarIzaya y Shizuo han comenzado a tener una relación de pareja desde aquel encuentro inminente en el apartamento de Izaya, aún lo manejan en secreto, nadie puede enterarse, el amor de esos dos podría provocar un cambio en la vida de Ikebukuro para bien...