Capitulo 34

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Como si lo hubieran planeado todos disidieron entrar a la casa, Zion fingió un llamada importante y Esko pidió permiso para ir a una emergencia y Calixta simplemente no disimulo.

-Creo que tienen que hablar un poco...-y se alejo.-No pensamos interrumpir, pero por si las moscas...-hizo un sonidito y termino de irse.
Ella simplemente río y el bajo su cara avergonzado.
-Mi madre quiere casarme contigo.-ella que reía dejo de hacerlo y se puso completamente palida.-Por Dios... ni yo quiero casarme, ahora no... tranquila.
-Me has asustado.-confeso.-No quiero casarme, ahora no.-repitio ella.

Se hizo un silencio y ambos caminaron hasta estar muy cerca.
Sonrieron y se miraron de verde a gris.
Unos hijos con tus hijos seria el cielo para mí.
Ella alejo su mirada luego de haber pensado eso.
-¿Que piensas?
-No quieres saberlo. Y no insistas, si lo digo te asustarías, yo lo hice y no sé ni cómo me llego eso.
-Comprendo.-ella estaba a punto hacerle la misma pregunta cuando el dijo.-Por si te lo preguntas, acabo de pensar algo que me ha asustado también.
-No es bueno...
-Quizás si, pero no ahora.
-Si, no por ahora.

Quedaron callados y se miraron, ella no pudo soportarlo mas y sonrió y dejo de mirarle apenada, parecía una colegiala enamorada. El también sonrío y se llevo los dedos a la boca.

-Así que... Estas soltero.
-Si... y ¿cómo  estas tu y tu libido explosivo?-quiso permanecer completamente seria, mas no le fue posible.
-Estamos bien... por ahora. Tranquilos.
La invito a sentarse en aquel sofá de dos y ella lo hizo.

Mientras hablaban casi, abiertamente con respecto a lo que pensaban con todo lo pasado y la que sentían inconcluso entre ellos desde que se conocieron, Adon ladro algo que tenia guardado desde la cuarta vez que ella le rechazo.

-Aura, cuatro veces, te diré que eso no es nada bueno para el ego de un hombre... y yo no soy de los que ruegan. Si, fue tonto de mi parte involucrarme con alguien solo porque no quería estar solo y porque me habías rechazado, no me di cuenta de ellos hasta hacen unas horas, a pesar de que Zion me machacó  al respecto todo el tiempo, pero simplemente paso... tu no correspondiste como espere... y yo estaba al parecer muy desesperado.
-Lamento haber herido tu ego, no era mi intención, es un mecanismo de autodefensa. Si me siento amenazada...
-No te haré daño...
-No es que lo premedites, es que simplemente pasara... lo se... y no es daño emocional... es mi independencia la que veo esfumándose  a tu entrada a mi vida, Jesus, no puedo creer que este hablando con un hombre de esto... se supone que yo no doy ese tipo de explicaciones y tu y yo...
-Aunque no somos nada, estamos locamente atraídos el uno por el otro,  somos como dos imanes, sin otro alrededor, solo nos atraemos nosotros. Por el momento.
-Por el momento.-repitio  ella.
-Estamos teniendo la conversación, o parte de ella, que quería desde que te conocí. No quiero pedirte que te cases conmigo mañana. Me gustas mucho, solo quiero pasarla bien contigo y ver que puede salir de todo esto.
-Pasarla bien, suena... bien.
-Genial...
-Genial, pero deja que te explique algo...-el asintió sonriendo.
No había hombre tan hermoso y confiando como el, su sex appeal era tan único como salvaje. Ella iba a entrar en aquel juego, que sabia que terminaría como el ratón, pero que mas daba. Solo se vive una vez.
-No quiero que en ningún momento creas que tengo bipolaridad... no tengo ese trastorno.
-Aura...-el soltó una risilla.-Desde que te conocí te comente que sentía que estabas en un jaula, aunque lo negaste, se que esa retraída y tímida chica no eres tu, no me molestaré  cuando me muestres quien eres en realidad. Es mas, estaré complacido.  Algo mas.
-Si...-ella le miraba con cierta emoción.-Nunca miento... y espero que tu no lo hagas.
-¿Jamás ?-preguntó  inquieto.
-Jamás .-dijo sucediendo la nariz y el barbilla.
-Y desde cuando se supone que inicia este... acuerdo de "pasarla bien".
-Luego de la primera cita.
-¿Cuentan las veces que he ido a tu apartamento?
-Si, pueden contar... no soy tan complicada con eso.
-Entonces... ya tenemos dos citas y una cena con mis padres... Esto va muy rápido  para mi.-fingio  estar abrumado y ella se carcajeo.-Hablo en serio muchacha... estoy esta saliéndose  de control...
-Lo se... puedo sentirlo...-bromeo ella con voz de hombre y el le sonrío.
-Yo igual.

**

-¿Entonces?-preguntó  Mel desde el otro lado del teléfono.
-Bueno... luego de hablar... y bromear nos fuimos a hablar con sus padres, nada serio. Y bueno... me escolto con su auto a casa y al despedirse me dijo algo a cerca de una salida sorpresa.
-Ay... con todo lo que me has contado me he puesto emocionada. Mucho. Terminaran juntos. Lo se. Y lo creo. Tengo un...
-Ni si quiera lo digas...
-Cállate... tengo un presentimiento.

Y con las palabras de su mejor amiga se fue a dormir, no sin antes leer el mensaje que había enviado su ahora nuevo "chico".

Aunque parezca un desesperado tenia que hacerlo, he esperando este momento desde que te vi entrar la primera vez vestida de negro y con tu apariencia de retraída y fría.
Te recogeré mañana en la noche, espero estés disponible.

De: Adon

***
Despertó sobrecogida por la emoción, pero esta no duró mucho, ya que pensó en muchas cosas al recordar que Adon acababa de terminar una relación, de la racha que había acarreado por salir con hombres que tenían una relación con otras personas, sin ella saber, o simplemente con ex de chicas que no eran muy buenas amigas de ella. Algo más fuerte que el deseo que estar con él le pudo, el miedo así que con un mensaje simple decidió que era mejor mandarlo al...

Si, hay algo, lo sientes, lo siento, pero pensándolo mejor esto no es una buena idea.
Para: Adon

Escribió antes de salir de su apartamento y entrando en el ascensor lo sintió vibrar, pero cuando vio que era una llamada de él la desvío. No podía ser. Simple.

Llego al trabajo odiándose un poco, ya que no quería dejar de verle, aunque nada había iniciado, ella sentía que desde que él le había hablado la primera vez ese había sido el verdadero comienzo de el tejido de esa gruesa tela de araña que los retenía. Quizás era cosa de sexo, de atracción sexual, pero no lo quería averiguar, algo le decía que si probaba ese hombre nada iba a saberlo  tan bueno como el, jamás.
Cuando atravesó la puerta de cristal y saludo a Rose, está la miró con una sonrisa de lado a lado e hizo una señal que no comprendió.

-Aura...-giro la cabeza rápidamente para encontrarse con aquellos ojos gris tormenta. Ella cerró los ojos con pesar y el surco sus cejas.-¿Podemos hablar?

Ella no dijo nada, así que sin más el camino hasta ella, le coloco la mano en la cintura y la encaminó por el pasillo que dirigía hasta su oficina.

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