Capitulo 32

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Como era de esperarse todos estaban bien vestidos, elegantes y toda la clase alta que se codeaba con los Berti y con ellos los Lo Russo y los demás italianos que vivían por los alrededores.

La música era muy movida y electrónica, las bebidas eran servidas a diestra y a siniestra por hombre vestidos de blanco con pajaritas rojas. Como siempre habían grupos desde las mujeres más jóvenes y hermosas, hasta las más adultas y chismosas. Los hombres estaba para su sorpresa todos juntos en un mismo lugar, bajo el techo que cubría el billar y los juegos de mesa, los video juegos y la mesa de licores caros.

Camino decidió, en el trayecto saludo a personas que había conocido hacía mucho tiempo.

Su padre Esko llego a su lado y le abrazo, pensó que no iba a ir, y entonces cuando llego al bar de bebidas y dio el primer trago, así comenzó la fiesta para él. No recordó de nada más que disfrutar y tomar un buen, no se iba a preocupar por quien lo llevaría a casa ya que al entrar había dado la dirección para que cuando saliera el taxi le llavera directo a su hogar como en cada fiesta.

Había llegado a las ocho, ya que la fiesta había iniciado a las cinco de la tarde. Perdió completa noción del tiempo, solo sabia una cosa, estaba disfrutando mucho, no estaba con los hombres, en ese momento estaba rodeado de mujeres que reían como tontas al igual que él, y tocaban en demasía, y no le desagradaba.

Bailo, converso con muchas personas y vio la fila de personas bailar con entusiasmo y alegría.

Luego disfruto de coreografías y música en vivo, un increíble drama de una historia italiana y luego mas bebida y comida italiana por cantidades excesivas.

A lo lejos vio una fila de hombres que recibían un tipo de brebaje para la resaca y para poder aguantarse muy bien durante lo que restaba de la fiesta. Ya era muy tarde.

La tímida Esmeralda estaba en el inicio de esta con una sonrisa en su rostro ayudando a servir.

Alejándose del aren camino decidido hasta ella trompicones y paso a los hombres que comenzaron a quejarse, cuando llego a ella, le sonrió.

-Necesito que hablemos.- giro la cabeza y le miro unos segundos, el hombre que estaba en la fila le tocó el mentón para que dejara de mirarlo y ella le golpeo la mano. -Ahora...

No objeto, solo tomó un vaso de aquel brebaje y camino detrás del.

Nada.

No había salido nada de su boca al estar con ella, solo se sentó lejos de todo y quedo mirando los detalles de lo muebles de la cocina, el único lugar que no tenia personas y donde no se escuchaba la bulla.

Ella le tendió el vaso y lo tomó poco a poco.

-Alguien me dijo que... tienes miedo, que soy peligroso para ti y tu independencia, que tienes miedo de darlo todo por mí, y cambiar tus ideales con respecto a todo en lo que hasta ahora crees... tienes miedo de "el macho alfa"

Ella no hablo, pero rio con eso ultimo.

-Mi... madre me lo dijo.-hablaba bajo para no trabar su lengua y para que lo entendiera.

Ella no hablo del tema, mas lo insto a beber el brebaje.

Sin embargo, espero una respuesta, algo, pero no llego hasta que ella se puso sobre sus pies y le limpiara los labios con la servilletas de papel que antes había estado rodeando el vaso. Ella comenzó a alejarse, pero antes de todo le dijo.

-No se equivoca...

***

Caminando un tanto sofocada llego de nuevo a la fiesta.

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