-¿Por qué te vas?- quiso saber mientras la seguía.
Adon no entendía porque tenía que insistir tanto en aquella mujer si sabía que una parte de ella lo quería lejos.
Si no me dice su nombre, no lo intentare mas.
Ella se giro y le miro desde donde estaba, la mirada que le dio lo dejo anonadado
¿Cuánto tiempo tenia que no sentía todas esas sensaciones? Mucho.
-¿Tienes miedo de querer más?-le pregunto de la nada, porque fue una pregunta que no formulo mentalmente. Ella no asintió, ni siquiera pestaño, solo quedo mirándole, pero algo le dijo que estaba en lo cierto.- Es eso ¿verdad?... ¿Cómo te llamas?-pregunto y rogo al cielo de que ella abriera sus lindos y carnosos labios y le dijera como se llamada.
Ella quedo mirándole y vio como separo los labios, pero no dijo nada, se dio la vuelta y entro en su auto, Adon cerró los ojos con pesar y se dio la vuelta.
Es bien sabido que luego de un beso las mujeres quedan como hechizadas y atontadas, pero no un hombre, Adon se sentía más emocionado que nunca y solo por un beso, por lo general era muy racional y las emociones que lo acogían no las expresaba muy a menudo ni le golpeaban tan fuerte, pero todo regla tiene su excepción, ya que robarle ese beso a "Esmeralda" provoco un cambio de ciento ochenta grados en sus emociones. Estaban a flor de piel y como nunca, gracias a Dios que su hermano era muy distraído, si hubiera estado con Marco, seguro y le preguntaba algo, ya que el día anterior no habían visto su charla con la chica de ojos malaquita.
Se dijo que si no le decía su nombre iba a dejar de insistir, el tenia su orgullo, pero algo le decía que no se iba arrepentir si seguía insistiendo ¿Qué es lo que quieres de esa chica? se pregunto auto examinándose mientras estaba sentado en el avión. ¿Sexo? ¿Ver que esconde? ¿Algo más? no lo sabía, pero tenía que descubrir que tenía ella que lo llamaba tanto, lo tenía fascinado.
A pesar de que lo único que había salido de la boca de esa hermosa mujer había sido Aléjese de mí, con mucha seguridad, en sus ojos había otra cosa, el no conocía el lengua corporal del que tanto hablaban muchas personas en algunos libros de los que su madre siempre platicaba, pero si sabia una cosa, entendía perfectamente el lengua de los ojos de aquella muchacha o al menos... creía entenderlo.
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Días después estaba de vuelta, no podía esperar para ver de nuevo a la chica, en verdad estaba completamente obsesionado, no era uno obsesión al punto de acoso, ya que quería que todo saliera de ella sin que tuviera que acosarla.
-Al fin.-dijo Zion mientras le miraba desde su asiento.-Ya verás lo hermoso que es todo esto, Alexandria.-le dijo a la chica que solo miraba a su hermano como un oasis en el desierto.
-¿Me mostraras la ciudad, Adon?-pregunto la chica con asentó.
-He... si seguro.-dijo sonriéndole sin prestarle mucha atención.
Su cabeza en verdad estaba en otro lugar, tenía en mente muchas cosas y ninguna de ellas era pasear por ahí, llevándola de un lugar a otro, le dejaría ese trabajo a alguien más; el tenia que firmar unas cuentas cosas en su oficina y no podía dejarlo para otro día, aunque estaba cansado del viaje y de no haber dormido muy bien en esos días tenia responsabilidades.
Estaba pensado en que luego de firmar, dejaría que Zion llevara a Alexandria a casa de su madre y se iría a dormir, cuando Zion contesto el teléfono y estuvo hablando por algunos minutos con alguien y luego le dijo.
-Papa ha reservado una mesa, tenemos una cena esta noche para darle la bienvenida a Alexandria, tenemos que ir...
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Salvaje
Romance-Aléjese de mí.-susurro Aura. -¿Por qué siento que me quieres decir todo lo contrario?-pregunto con su rostro contraído y mirándola directamente a los ojos. Ella sintió deseos de gritarle que se alejara de ella. -Aléjese de mí.- volvió a susurrar mi...