Capitulo 76

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No se consideraba un hombre demasiado romántico, sí, una que otras veces había consentido a Aura comprando flores y poniendo velas, pero solo fue una vez. Quizás no estaba en otras cosas, más sabia que a las mujeres les encanta el romance. Pretendía pedirle que se casara con el de una forma cursi, pero su hermano Zion, a quien le notifico esa mañana, le dijo que ya habían pedido matrimonio de esa forma. No le importaba, pero le bajo los ánimos.

–Pretendes romperme el corazón – dijo su hermano tocando su pecho de forma dramática –. Te casaras... con la única mujer que yo he amado.

Los gemelos que hacían presencia gracias a la tecnología en un video llamada rieron.

–No puedes hacerlo sin que estemos hay– dijo Carlo mientras sacudía su computador.

–Estoy de acuerdo– dijo Marco mientras se quitaba los lentes y mordía una de las patitas de este.

–Lo he pensado, no pretendo hacerlo sin ustedes aquí... descuiden, solo necesito una forma... romántica y...

–Habla con mama...– interrumpió Zion.

–Podría, pero...

–Habla con Calixta– dijeron los gemelos al mismo tiempo–. Cállate Marco.

–Cállate tu, Carlo– los Lo Russo miraron la pantalla del computador. A la vez que ambos hermanos decían–. Siempre repites todo lo que digo... ¡Ya cállate!

Y los ojos grises se carcajearon por largo tiempo.

**

–Es muy hermoso– comento Diana algo ida.

No había pasado un mes luego de que Zion rompiera con ella, y según lo que le dijo su cuñado ellos solo habían tenido sexo una vez nada mas, que no había sido algo tan intenso; pero ella no lo superaba a totalidad, incluso habló de mudarse y dejar el trabajo, ya que Zion pasaba muchas veces entre semana a comer con ella y no la ignoraba, cosa que ella quería que hiciera para seguir a delante o al menos intentarlo.

–Sí, es hermoso– dijo tomando la caja del lapicero y depositándolo delicadamente en su bolso. Sonrió y suspiró, algo nerviosa.

–Gracias por pedirme venir contigo...– dijo la muchacha.

–No, gracias a ti por venir, Diana– el sonrió.

Se hizo un terrible silencio y Aura no sabía cómo romperlo, salió del lugar con la chica delante y allí, frente a su vehículo, había una melena risada por los hombros, con un traje de pantalón Palazzo crema, chaqueta verde y camisa de seda blanca. Parecía una revelación y un espejo, porque ella estaba vestida igual.

¡Melody!

Diana frenó de golpe su caminar, logrando que Aura chocara con ella.

Mel se incorporó y sacó las manos de sus bolsillos, camino un poco y llegó a ellas con una sonrisa ladeada, pero tímida.

–Hola– dijo en un tono de voz nada familiar, parecía nerviosa en exceso– Vi tu auto y...– lo señalo y bajo la mano.

–Hola, Melody– dijo Diana– Un gusto volver a verte...– se acercó y la abrazó de forma normal. Como si no hubiera estado saliendo con el amor de la vida de ella, como si no hubiera pasado nada.

–Igual, igual– dijo emocionada.

Aura seguía en pie, mirando la escena un poco incomoda mientras Dolly Parton cantaba Jolene en su oído derecho.

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