Y sí, verla de aquella forma, tan intima, carnal y excitante provocó piel de gallina en su cuello y brazos. Cerró sus ojos y sintió una corriente intensa cuando ella chupo fuerte. No, eso era demasiado bueno para ser verdad, aquello era demasiado bueno para ver real.–Así...–dijo cuando sufrió una sacudida entre sus muslos.
Ella tocó sus testiculos y él se encogió notoriamente, se acomodó y si el por un momento pensó que lo que ella había hecho era todo lo que tenía, estuvo equivocado, muy. Porque allí, cuando ella se arrodilló frente a él fue que inició su verdadero trabajo. Y el no aguanto mucho tiempo, sabía que ella quería recibirlo, vio que no se apartó por ninguna circunstancia aun cuando el había gritado que se correría, pero no se imaginó que en el momento justo de su llegada en ella, se alejaría y haría aquello.
Justo en el momento que se alejó se desbordó entre sus senos y su pecho, nunca había disfrutado tanto de ese momento, quizás sí, pero no recordaba.
–No he terminado contigo–le dijo mientras se levantaba e iba al cuarto de baño.
Solo en la cama se frotó la cara ¡Maldita fuera! Que ella era buena con esa boca.
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Como lo soñó esa madrugada, ella al salir de la ducha momentos después le había dicho que se quedara en la misma posición y subiendo a gatas a la cama llegó hasta su cara y crudamente le dijo.
–Quiero que me beses aquí–y él entendió aquello tan rapido que solo sonrió al ella sentarse en su cara... La beso, pero nunca al mando de ello, ella se movía o se alejaba y le decía como quería que lo hiciera, una mujer nunca se había expresado de esa forma con él y por raro que pareciera, le gustaba. No que lo mandara, ningún hombre le gustaba mucho eso.
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–Sonríe, esto será bueno–comentó ella sudada y muy agitada.
Tenía un largo muy muy largo tiempo tocándose y teniendo sexo oral, el había perdido la cuenta de las veces que se había corrido en ella, pero no dentro, no había tenido el placer hasta ese momento.
Él Wow quedaba corto, él pensaba que tenía experiencia y que era dueño de un auto control férreo, pero se había corrió por segunda vez sin que ella lo tocara mucho mientras estaba sentada en su cara y la tercera solo fue necesario unos cuantos segundo, ella sabía cómo, dónde y con qué intensidad tocar.
Se ajustó el preservativo y ella sonrió debajo de él, al fin iba a tomarla como quería. Glorioso era una expresó que quedaba corta con lo que sintió mientras iba adentrándose en sus carnes, un calor abrazador le envolvió su miembro y un sudor intenso perlaba la comisura de sus labios y su frente. Mordió su labio saboreando su sudor y el sabor que ella le había dejado en la boca y continuó, verle el rostro complaciente de ella mientras era llena fue hermoso, aquello era increíble y aún no le había provocado aquel orgasmo como quería, sí, la había visto retorcerse de una forma maravillosa y no había fingido ninguno, se había esmerado al saborearla, pero quería estar más cerca de ella y verla de una mejor postura y claro quería estar dentro de ella.
Se retiró y la escucho susurrar algo.
–¿Tienes algo que decirme, cariño?–preguntó mientras volvió a introducirse en ella.
–Te sientes tan tan bien...–dijo mirándolo, su mirada era turbia y fogosa.
–Puedo decir lo mismo...–se inclinó–bésame...
Pidió e inició un lento movimiento, ella le clavo los talones en las nalgas y las apretó con sus manos cuando él se inclinó más sobre ella.
¡Que delicioso es gozar de su cuerpo!
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Salvaje
Romance-Aléjese de mí.-susurro Aura. -¿Por qué siento que me quieres decir todo lo contrario?-pregunto con su rostro contraído y mirándola directamente a los ojos. Ella sintió deseos de gritarle que se alejara de ella. -Aléjese de mí.- volvió a susurrar mi...