Capitulo 43

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Cerro el móvil a terminar la conversación, no quería, pero ambos tenían trabajo en seis horas, el tenía que cerrar los días de reunión con sus posibles vendedores y ella tenía trabajo que hacer en un apartamento.

No podía creer que todo eso estuviera pasando, si era honesto estaba loco por verla, no podía creer que la extrañara tanto, se dijo que la próxima vez que saliera se la llevaría con el, aunque solo fuera por un día, no soportaba no estar con ella. Su hermano decía que era demasiado intenso, pero nunca había sido así hasta tener a Aura con él, se daba cuenta que ese mes con ese mujer sin si quiera haber intimado lo suficiente era mejor que todo lo que había vivido con otras mujeres, y no iba a cansarse de decirlo. Ella es increíble y lo sabe, el lo sabe y reconoce que seguir esa chica fue la mejor decisión que pudo ver tomado, gracias a su curiosidad y al misterio de ella.

–Llegaré muy tarde, no creo que...

–Tonterías... Iré a buscarte–le dijo ella esa noche mientras el terminaba de organizar su maleta.

Fue a tomar una de sus agendas de apuntes y escribió.

*Invitarla al partido.

*La cena de bienvenida de Isabella y Mauricio

*Cocinarle

–Mi vuelo llega a las tres, fue el único que conseguí que saliera hoy mismo, no aguantaba un segundo más aquí.

–¿Ya has hablado con tus padres de que llegas mañana?–hizo un sonido–Cariño, no quiero que me odien porque me notifiques primero... Si te olvidas de hablarles pensaran que los has reemplazado.

–Bueno... Serás...–paró  su parloteo estrepitosamente, como si frenara un auto a una velocidad increíble, el impacto del freno lo dejo aturdido y movió su cabeza.

–¿Adon? ¿Ha pasado algo?–ella se asusto, lo pudo notar en su voz, pero no había pasado nada, no a él, no a su cuerpo. Solo había estado  punto de decirle... Serás mi esposa, tienen que acostumbrarse a que te comente todo primero, pero frenó  a tiempo, aquello seguro había terminado en accidente, o al menos eso creía el–Por favor háblame que estoy preocupada, mi amor.

–Me gusta cuando me dices así...–ella soltó una risilla–No ha pasado nada, solo...

–Puedes decirme ¿Has tropezado? ¿Te has mordido la lengua?–soltó una risilla.

–No puedo... No quiero que te asustes y me dejes... Esto va rápido incluso mi subconsciente ya lo sabe y estuvo a punto de jugarme una mala ahora...

–No tengo miedo...

Y aunque la creía, el si temía de que al decirle aquello, la magia que tenían se fuera o que ella no quisiera eso.

Tenía que despertar temprano, más bien no iba a poder dormir, pero ella que tendría que conducir hasta el aeropuerto muy de madrugada si, así que por su insistencia se fue a la cama, ya que si hubiera sido por ella se queda hablando hasta que tomará el vuelo que lo llevaría a casa con ella.

**

Verla fue como volver a respirar,ella sonrió emocionada de verle y el seguro tenía la última muela fuera de su boca. Corrió hacia él y sintió una inmensa alegría al verla acercarse. La espero y cuando la vio saltar, sus brazos fueran apresurados a sostenerla y a abrazarla cerca, muy cerca de su cuerpo que la extrañaba horrores tal como con sus ojos, extrañan verla.

–Te extrañaba...

–Yo te extrañe más, te lo juro, en mi próximo viaje tú vienes conmigo.

Ella le beso las mejillas y se alejó un poco y le miro.

–¿De verdad?–preguntó emocionada notoriamente.

–Lo prometo.

–De verdad te extrañe...

Y el no pudo decir nada, ella lo beso de una forma intensa y hechizante, supo entonces que no iba a poder pasar la noche sin ella en sus brazos.

–No voy a dormir si no estás a mi lado...

–¿Ah no?– ella rodeo sus caderas con sus pies y el colocó sus brazos bajo sus nalgas.

–!No Oh!... Así que tú y tus nalgas–las apretó–Se vienen conmigo...

Ella no se quejó y se fueron abrazados muy acaramelados, al subir a su auto  iba mirándolo mientras conducía, le dijo que durmiera un poco y aunque el quería hablarle en realidad estaba muy cansado y no se dio cuenta cuando terminó  completamente dormido con la cabeza apoyada del brazo.

En su sueño tenía en la cara a Aura, literalmente sentada allí, desnuda y el estaba besándola de aquella forma tan intima, escucho sus gemidos enloquecerlo, el sabor de sus carnes exquisitas y el temblor de su cuerpo confirmarle que estaba disfrutando aquello.

Abrió los ojos al escuchar su nombre, estaban estacionados, el sillón estaba reclinado, tenía un cojín en el cuello y una manta cubriendo sus brazos y pies.

–Hola–dijo y ella le sonrió, y no dijo nada más,  tomó su cuello y la atrajo a él y la beso lentamente, las sensaciones que experimentó eran cada vez más fuerte que la anterior, regalarle a su vista el mirarla, tocar su piel, escuchar la suave e insinuante voz que lo tenía loco y besarla era lo mejor y las sensaciones que dominaban su cuerpo en esos momentos no tiene precio.

–Vamos, tienes que dormir, un hombre de tu tamaño no descansa aquí... Tomarás un baño de agua caliente y nos dormiremos.

Y aunque estuvo tentado a decirle que él quería disfrutar de su cuerpo, solo asintió y fue detrás de ella a buscar sus maletas.

Pues tengo la necesidad de publicar más de uno, no sé, quizás lo haga...

SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora