Capitulo 25

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Caminó por el parqueo de aquel restaurante italiano, el favorito de ella y al que la había citado Kurth.

Había estado pensadó en proponerle a su mejor amigo de mucho tiempo "una noche", se tenían confianza y cuando él lo necesitaba, y ella estaba soltera, no se lo había negado, no tenían tapujos entre ellos y a ella le encantaba el sexo con él, era increíble y no se juzgaban luego de salir de las sabanas, la cocina, la sala, el baño o el auto.

Pero le estaba costando formular la mejor manera de proponérselo, tenían un buen tiempo sin tener ese tipo de contacto entre ellos, mucho tiempo sin sexo premeditado entre amigos con beneficio, ella tenía claro que no quería enamorarse, este sentimiento es involuntario, el sexo refuerza y despierta este mayoría de veces, por tal motivo no frecuentaba el sexo con su mejor amigo, pero ya que él estaba allí, podía usar su habilidad para volverla loquita.

A demás, no tenia ánimos de llamar a uno de sus ex solteros para tener un sexo nostálgico, pasaba de eso.

Entró y dio el nombre de la reservación del lujoso lugar.

Allí a lo lejos vio a su amigo, estaba de espaldas, pero conocía muy bien aquella cabellera rojiza.

Kurth era el pelirrojo más caliente que había visto, Thonny lo era, pero su amigo era un infierno. Se rascó la nuca y ella sonrió y llego a su lado.

-Escúpelo, Vincent.-le dijo a modo de saludo. Le miro atentamente mientras le sonreía.

Tenía ojos azules intensos, nariz respingada, boca carnosa y rosada, pómulos marcados y mandíbula pronunciada, no era un hombre muy grande, solo tenía un poco más que ella, y ella tenía un metro setenta y cuatro, pero sin duda lo que le faltaba de estatura se le había ido a una zona que ameritaba un buen tamaño. No tenía nada que enviarle a nadie, lo tenía todo, el carisma, esa voz deshila bragas, el cuerpo, dinero, y una polla monumental. Una monumental.

El soltó una carcajada y se inclino y le beso los labios.

Era un buen comienzo, eso significaba que el también estaba necesitando un poco de lo que ella. Sabían comprenderse y ella le sonrió coqueta cuando el volvió a sentarse.

No tenían porque estar allí, si él estaba tan necesitado como ella en ese momento tenían que estar revolcándose en algún lugar del apartamento.

-No tengo nada que decir.-la miró y rió.- Me alegro verte, ya te extrañaba.-rodo los ojos y casi ríe.

Iba a proponerle que se retiraran, ella no se andaba con rodeos, eso nunca, pero al escuchar aquello salir de su boca se molesto.

-Déjate de mentiras, Vin, estás hablando conmigo. Si me extrañaras tanto como dices me escribirías mas, tengo tu numero y te veo en línea casi todo el tiempo y tu no me escribes, la última vez que te escribí viste el mensaje y no respondiste. Eres un embustero.-habló molesta.

-Ya, que no puedo procesar todo eso, bien, he estado ocupado, lo vi, pero que no responda no significa que no piense en ti.-aquello había comenzado de una mala manera.

No solían discutir con frecuencia, pero si se hablaban con sinceridad siempre, cuando discutían eran raras las veces, pero eran discusiones endemoniadas. Esa no lo era, ya que Kurth no había saltado con mas cuentos de por qué no.

-Bien, porque no quiero comenzar una pelea, pero tienes que saber que me incomoda un poco que me digas eso siempre y no demuestres que en verdad me extrañabas. Yo te escribo en la semana quizás una tres veces, se que tenemos vidas ocupadas y que las cosas no son como cuando éramos niños y podíamos escribirnos hasta que rayaba el alba, pero puedes al menos enviar un mensaje y no solo llamar cuando quieres estar en casa o cuando necesites cualquier cosa importante.

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