Los días siguientes estuvo visitando la clínica, aunque por raro que pareciera, las veces que fue ella estaba sedada, dormida o estaba siendo medicada y no pudo verla, mas ese día llamó a su madre, Margaret y pretendía ir y verla esa vez. Sus padres fueron de mucho apoyo para ella, de igual forma Adon y su familia, quienes la visitaban tanto a ella como a Melody. El día anterior coincidió con Zion, quien estuvo por dos horas en la sala de espera junto a ella. Y se volvieron casi íntimos en los días que habían quedado ellos. Allí le dijo.
–Es como una hermana, lamento no poder sentir más por ella, pero no la veo...– y calló, quiso cambiar de tema y hablar de otras cosas, pero le fue imposible, tenía que desahogarse– Solo... es una buena amiga, pasamos muchas cosas juntos y creí que podía enamorarme de ella, pero el sexo no es amor... esto no se puede vasar solo en eso.
–Tienes toda la razón– le había dicho, mientras hablaba igual que él, entre susurros.
–Intente ser... así... como lo es mi hermano contigo, detallista, eso de llamadas, mensajes, regalos y tener presente todo, pero simplemente no puedo... olvido todo lo que tiene que ver con ella, solo recuerdo algo si es importante, y no te sientas mal porque sé que es tu amiga, pero incluso olvidaba cuando teníamos una cita... supongo que esa era una señal... soy un maldito. Lo sé. No me digas nada.
Y a pesar de que todo eso se escuchaba cruel, al menos no se lo estaba diciendo a la misma Melody, y esperaba que ella entendiera que podía encontrar a otro hombre que la valorara y que tendiera una alfombra por donde ella pasara y esperaba que Zion encontrar a alguien que fuera capaz de enamorarlo antes de que la agraciada cayera por él. No continuaron hablando ya que Kurth había llegado con los cafés para ambos y logro cambiar el rumbo de la conversación.
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Su saliva estaba casi inexistente en su boca, Adon le puso la mano en la espalda y besándola detrás de la oreja le dijo.
–Es tiempo– ella tocó el llavín de la puerta y suspiro–Estaré esperándote aquí, se fuerte, se loca como siempre, ella quiere ver a su Aura.
Y asintiendo y dedicándole una sonrisa nerviosa, giró el picaporte y entró.
Al mirar el lugar vio a una Mel en espera, Aura arrugo los dedos de las manos empuñando esta y quedando parada como tonta luego de cerrar la puerta.
–Genial, Flores y un osito, pensé que traías veneno para esta rata– escuchó la voz de Mel, abrió los ojos de mas y quedo allí, si había sido un chiste, no le gusto.
– ¿Cómo estás? – obvio lo que había dicho y llego a su lado y dejando las flores en una esquina le beso la mejilla.
La estudio lentamente.
Melody estaba pálida, se veía extraña, y no por el accidente, no creía que ella fuera a adelgazar tanto en tan poco, su cabello estaba corto, demasiado, le recordaba al último corte de pelo que le había visto a Dove, tenía una intravenosa y allí tenía un tatuaje en su brazo, ojeras, la boca seca, el pie cubierto y algunos cortes.
–Pues... como ves... me llego tu Karma– y fue la palabra que necesito para quebrarse.
–Melody– le dijo mientras sollozaba, no podía creer que le dijera eso–Yo no...
–Descuida... estoy bien, lamento ser tan acida, supongo que es una forma de alejarte, me siento avergonzada.
Y lloro mientras la chica tocaba sus manos.
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Salvaje
Romance-Aléjese de mí.-susurro Aura. -¿Por qué siento que me quieres decir todo lo contrario?-pregunto con su rostro contraído y mirándola directamente a los ojos. Ella sintió deseos de gritarle que se alejara de ella. -Aléjese de mí.- volvió a susurrar mi...