Capitulo 36

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No bien había cerrado la puerta de su oficina y su hermano Zion entró con una sonrisa gigantesca.

–Entonces...

–¿Que?

–No te hagas el tonto, estábamos en una conversación  y me dejaste hablando solo, luego llegas aquí muy diferente a como saliste y a demás aun tienes lápiz labial en las comisuras.

Adon salió directo al baño y se limpio el rostro, aunque aun no se le iba la sonrisa del rostro.  Tiene una cita con ella, pero no puede dar nada por sentado hasta que la tenga frente a el comiendo algo y sonriéndole. Al volver a la oficina Zion estaba hablando por teléfono ya sabia lo que había pasado entre Melody y el, pero sabia que Zion solo estaba pasando el rato, igual que el con Aura, la cosa era que no sabia si le había comunicado eso a la chica como el lo había hablado con Aura. Por ende lo que ellos tenían era más formal y exclusivo porque en la conversación de la noche anterior en eso habían quedado, y fue de mutuo acuerdo.

Su hermano no estaba interesado en nada exclusivo, y le confesó que la chica ni mucho le gustaba, pero que si había mucha atracción y como él no estaba saliendo con nadie ni tenía a alguien, solo sucedía.

-Voy a ser totalmente honesto contigo, Zion, me gusta Aura, muchísimo y ella  y Melody son amigas, no sé hasta qué punto, pero si lo arruinas con ella estoy seguro que me veré afectado, así que si no te importa, me gustaría que dejaras tus arranques y dejes las tonterías porque no somos niños y quiero estar con ella y terminar esto porque lo decidamos ambos, no porque no quiere seguir con el hermano del chico que destrozo el corazón de su mejor amiga.

-Si es que no se casan, te haré caso... Creo, veré.-soltó una pequeña risotada y le miró- Bueno, este tonto de aquí se va, te sugiero que continúes con tu trabajo, si tu relación con esa chica va a permanecer como inicio, estarás en una maldita montaña rusa.

-Eso es lo que ella cree que soy...–dijo un poco resentido.

-Eso no sonó bien, pero es tu problema... Nos vemos.

Y quedo solo mientras intentaba despejar su mente del tsunami que es Aura y centrarse en su trabajo.

Espero que esto no sea una montaña rusa.

Para gustarle en demasía la mujer estaba muy relajado, si estuvo nervioso una buena parte de la tarde y otro tanto a las horas previas a la salida, pero ahora que la veía salir del ascensor solo podía sonreír como tonto y contemplarla. Si ánimos de jactarse, pero tenía un gusto exquisito.

Esa mujer es una diosa.

-Buenas noches.-saludo mientras ella se le acercaba con paso decidido y por raro que fuese ya estaba apareciendo los nervios.

-Buenas noches, Adon. Tienes suerte, estaba pensado en quedarme con una tonta excusa. – al llegar a su lado se inclinó y le plantó un cálido beso en la mejilla.

-Tu tienes suerte que los nervios no me traicionaran hasta este momento, te hubiera dejado plantada.

-Genial, si iniciamos con bromas esto quiere decir que será  una muy buena noche.

-Eso espero.-fue todo lo que dijo mientras no dejaba de com templarla.

La ayudo a seguir el paso con una mano en su espalda, la mujer lo traía loco, pero era respetuoso, aunque en verdad lo que más le apetecía era agarrar aquellas nalgas y girarla y besarla hasta que él carmín, estaba vez de un color más intenso, le manchara la cara como es mañana.

Cordura, Adon ¿De qué caverna has emergido?

Se reprochó mientras miraba al frente.

–Y ¿A dónde vamos? Si te soy honesta, tengo mucha hambre. He estado tan ocupada que no he tenido mucho tiempo, esta mañana entro un loco a mi oficina que ni te digo.-le fue imposible no reír por su comentario y ella se le único con unas carcajadas-Me gusta tu risa, me hace reír.

-Gracias. Iremos a un pequeño restaurante Italiano en el centro, es mi favorito, dan la mejor comida italiana, después de la de papa.–ella sonrió y le miró directamente a los ojos cuando habló  y él le sonrió de vuelta.- ¿Qué hiciste con ese loco? Me gustaría saber cómo te deshiciste de el.

-Bueno... Pues tuve que devolverle el beso que me dio, primero pensé que dándole una banana a ese monito iba a estar tranquilo y volvería a su jaula, pero al parecer la comida lo pone muy caliente.

-Ya estás al tanto...-dijo el coqueto y ella sonrió con malicia.

-Pues ya lo estoy... ¿Donde rayos está tu auto? –preguntó riendo y mirándolo ya que habían cambiado un largo trayecto desde el ascensor hasta la salida y aún no estaban cerca.

-Allí.-dijo mientras señalaba un jeep alto.

-No podré subir a eso con este vestido, loco.-el sonrió.

-Te ayudaré.

-Oh, ya imagino yo... Eres un perverso. Fue a propósito no, si subo por mi cuenta ahí, el vestido se romperá.

-No pasara, Aura. Te ayudaré a subir.-dijo con una sonrisa y cara de no rompo un plato.

Una discusión al respecto después ella cerró la puerta del jeep luego de hacer una maniobra con su vestido, el solo reía a carcajadas y ella aunque estaba molesta reía por su risa.

**

Verla llevarse la copa a la boca era tan sensual que por un momento creyó que lo hacía a propósito, más no era así, incluso su forma de mirar era coqueta, mas se dio cuenta que no era algo premeditado   cuando la descubrió viendo la lluvia caer por la ventana con aquella mirada, su boca de abrió  y cerró de manera incitadora  mientras contemplaba, entendió que simplemente así miraba ella.

Ella en todo momento se comportó con clase y siguiendo el hermoso protocolo de todo, tanto en la forma de comer como en la de bajar las escaleras cuando iba de retirada. Había sido una velada agradable. A pesar de no hablar mucho de lo cotidiano ni de sus vidas privadas o gustos, ella se había abierto de cierta forma con su sentido del humor y su sarcasmos casi siempre presente. El intento ser más abierto con respecto a su sentido del humor o su sarcasmos, lo que sí hizo fue ser muy cínico y gracioso, sin que faltarán sus preguntas retóricas cuando ella decía un chiste que a él no le parecía tan gracioso, a ella no le molestaba y a él le encantaba que ella fuera tan lista como para no incomodarse por esas pequeñeces que al fin y al cabo son grandes avances en lo que comenzan a tener como ¨pareja¨

Era gracioso lo que tenían era para divertirse, eso incluía sexo, pero al momento de salir de su hogar no había pensado ni si quiera en tomar un preservativo, solo pensó en disfrutar la noche, no creía que ella fuera a pedirle que subiera con el, estaba preparado para irse a su hogar una vez ella se desmontará del auto. Igualmente pensó en llevarla a su casa luego de la cena, pero ella le había pedido una vuelta por algún lugar.

-Vamos a agotar la gasolina.-y el se sintió feliz por unos momentos más con ella.

La cosa fue tal que llegaron conduciendo a las afueras de la ciudad mientras hablaban y de ahí de vuelta y en esa ocasión si hablaron de ellos. Ya sabia cosas de ella, nada tan personal, pero cosas que a él le interesaba saber, si estaban en algo él tenía que conocerla más de lo que lo hacía. Si, era mucho saber que su nombre de pila, sus frutos favoritos, el café que le gusta, su color favorito, su película, a que se dedica, donde vive, número de teléfono, conocer a su mejor amiga, saber el nombre de su mejor amiga y de más para tener la primera cita oficial de ambos.

El reloj marcaba las tres de la mañana cuando la volvió a dejar en su casa, ella no le beso con pasión como había sucedido en su oficina, más había sido un beso que lo iba a tener pensando al respecto un buen rato.

¡Que noche!

Hola, hola
Yo devuelta, lamentó no haber publicado, no tenía inspiración.

SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora