Vestida de Blanco y Rojo

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En esa época de mi vida, una totalmente falsa,  una que deseaba que fuera similar a la de los humanos,  a finales de año, yo me casaría con el gran amor de mi vida,  y siempre lo sera,  para mi es una lobita preciosa en su estado,   aun con sus colmillos afilados por el mal humor, el dolor y cansancio de su estado, en sus momentos de paz era completamente  radiante y para la ocasión ella decidió vestirse como hombre, en mi memoria llevaba pantalones blancos, una camisa que le quedaba de lo más curiosa  haciendo notar su vientre,  su cabellos sueltos al sol, escaso maquillaje, fue lo más natural y ese sombrero de bailarín de tango, en fin al complacerme me causo cierta dicha.

 Mi atuendo para tan celebre locación fue un hermoso vestido blanco con detalles azules, mi cabello en un moño, risos en los hombros,  unos rojos labios como si recién hubiera disfrutado del sabor de la sangre,  un ramo de rosas blancas en mis manos,  tan pesado y ajuntado, en fin digno de mi según las expectativas de la hija de Atenea. Recuerdo que Sebastian llevaba el mismo atuendo de quien es y sera su padre, el mismo sombrero llevaban mis amores, que solo sonreía como idiota. 

Recuerdo la foto, en ella la  tengo tomada por la cintura mientras nuestro hijo Sebastian esta en medio de las dos, todo bajo un árbol de cerezo,  es una imagen maravillosa olvidada por ahí, o tal vez solo esa imagen es el recuerdo de lo que pudo ser sin tantas complicaciones,  después del retrato camine por el pasillo al ritmo de la marca nupcial, y ella me esperaba,  la ceremonia continuo  hasta  las preguntas  "¿y usted acepta a esta persona como su legitima esposa, en la salud y en la enfermedad, y bla, bla ,bla? yo dije que si, pero cuando fue el turno de ella mis planes se fueron a la basura.

Ella salio corriendo de ahí, dijo que no me amaba,  y el corazón se rompió que pude haber escuchado como se hacia mil pedazos en mis oídos,  me quede parada, con el ramo de rosas en el suelo, con lagrimas en los ojos y mi hijo Sebastian a medio pasillo,  estaba hecha una tormenta de sentimientos, me caí de la impresión, mi amo se acerco a mi con un "te lo dije no valía la pena",  yo no podía pensar,  todo era mentira, pero ¿que podía hacer?,  fue ahí donde me volví más oscura.

Me levante,  ahí llore mis primeras lagrimas de demonio, tan rojas como mis labios,  me desgarre el peinado, aventé el ramo como si quisiera se fuera al infierno,  los tacones me los quite y camine  con los puños tan duros que pude haber roto un muro, fui a buscarle, charlamos bajo las ramas del cerezo, ella me dijo que amaba a otra y que por ella haría lo que fuera, en mi rabia, en mi coraje aun vestida de novia, le pedí que habláramos después del asunto de su bruja, desde ahí odio a ese tipo de criaturas,  pero la vida siempre juega conmigo. 

Ya no podía cancelar todo, estaban los invitados, los músicos, la comida, ofrecí el banquete y pedí a los invitados que se retiraran después de la comida,  que ambiente tan más tenso, tan mas falso, esa  noche con mi hijo en brazos, quemamos ese vestido,  si queme ese hermoso vestido sin saber que pasaría con nosotros.... 

Dama de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora