Eclipse

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Mi relación con mi vampiresa iba muy bien, ella estaba encantada con mis pequeños, sabia mi historia, y así me acepto, si algo tengo es que nunca negare a ninguno de mis pequeños, la invitaba a la casa, cenábamos, mi herida era más pasajera ante su precencia, pero siempre terminaba el encanto por culpa del amo Stefan, yo tenia que hacer algo.

Una noche abrí la habitación que estaba protegida con  magia, y me apodere de la espada de Gabriel,  esa espada tiene la capacidad de herir de muerte a un demonio, una verdadera arma del ejercito de los cielos, la pude tomar por que yo tengo alas de ángel,  le pedí a mi amo que se quedara con mis pequeños, salí vestida de blanco, le pedí a Rafael que me acompañara, ya que el había sido de mucha ayuda en mi soledad, un verdadero compañero  cuando llegaba mis hijos ya habían cenado gracias a el.

Rafael y yo volamos a una isla, tenia los nervios de punta, pero dispuesta a causar una guerra

-¿Stephan, porquetia de mierda, entrega-mela ahora!- 

 Grite por ella, esperando que mi voz me diera valor en lo que hacia, yo una novata en el entrenamiento básico de los Laycan, entonces el se presento, un vampiro ancestral de cabellos blancos y sonrisa ligeramente curvada, con unos ojos fieros y burlones de verme, el rey de un nuevo clan de vampiros.

-¿Quien demonios eres y te crees?

Yo trague saliva, mi corazón estaba acelerado, y sentía el agua de las olas en mis pies,  pero más que eso comenzaba un eclipse de luna, iniciaba y yo tenia que armarme de valor por la chica de cabellos de plata, por la que me había enamorado,  Stephan dio la orden

 -¡Maten la a maldita entrometida! -

Me arme de valor, de coraje, de odio por el dolor que mi alma sentía  y empuñe la espada, abrí las alas de ángel para que no me rechazara el arma, y corrí contra el viento, con la brisa del mar a mi espalda,   gritaba de euforia, esquivaba, y decapitaba vampiros, apuntaba sus brazos,  termine sin parte de una de mis alas,  sin un brazo, estaba herida, pero había terminado con 199 vampiros,  y mi vestido blanco se volvió rojo, entonces Stephan me tomo por el cuello, yo tenia dolor,  mis alas mi brazo,  abrió su boca, demostrándome los hermosos colmillos blancos que tenia, tab afilados y largos por el pasar de los siglos.

-Pero como una hermosa criatura angelical puede querer a una vampiresa asquerosa, como es que tu bello ángel te rindes por esta prostituta-   

Su pregunta con tono de burla  me lleno de rabia, que sabia el de lo que yo buscaba en los brazos de la Dhampire,  del calor de mi batalla,  y mi acompañante sola era un espectador, que se acerco a unos pasos y  susurro al viento mientras el mar crecía y la luna se tornaba roja, negra por el eclipse

 - Ella dejo de ser un ángel hace mucho ante ti Dhimitri  hija de Atenea- 

 Yo tome mi verdadera forma, un yoma puro,mi piel verde, los ojos de oro, los dientes de un tiburón, deforme mi cuerpo mi cuello era largo y le arranque la cabeza de un bocado, aplaste su cráneo , bi boca llena por la sangre dejaba escapar hilos por mis labios,  era el demonio puro, lleno de dolor, de odio, de venganza por que Gabriel estaba muerto y mi Gloria me había abandonado, la escasa tela que cubría mi cuerpo de demonio estaba manchado de sangre,  tome el tronco de ese cuerpo y le saque el corazón, la luna se encontraba roja, y yo nací roja de mi batalla, mi brazo y alas aun hechos pedazos....  

Dama de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora