Dragones

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Mi esposa estaba en cinta,  note que ese estado la deprimió tanto como me había deprimido a mi el saber que lo estaba y Gabiel me abandono, pero yo estaba dentro de lo posible más estable, planeábamos  tener a nuestros pequeños y también tome en cuenta todos sus cuidados.

Pero ella al ser un poco vanidosa, no comía bien, dormía aun en el jardín y eso nos causaba líos.

-Deja de dormir en el jardín, hace frió,  come algo por Dios-

  Ella se la pasaba durmiendo por lo que Afrodita era de gran ayuda cuidando de sus nietos,  era feliz de que estuvieran con ella y no con mi madre, continua como hombre de negocios hasta que me hice cargo de la empresa yo sola, la muerte confiaba en mis decisiones y me alejaba de todos los que pudieran perjudicarme como mi anterior maestro.

El embarazo de ella fue tranquilo, sin tomar en cuenta de vez en cuando nuestras discusiones por sus cuidados,   me gustaba acariciarle el vientre, besarle y más que nada alimentarle de sangre y lujuria,  quería que por ese medio crear una conexión con mis pequeños,  el  parto decidimos hacerle una cirugía y no que padeciera por estar desgarrada como yo lo había estado,  así que unos días antes del primer año de vida de mi primogénito llegaron al mundo mis hijos,  Saul Yael; Saeltiel Damian, Skandar Dorian, Misaki Sujey y Shinku Rosaline.

Si lo se los nombres son curiosos,  pero no todos los elegí yo, su madre tuvo mucho que ver en ello,  y si aun no se dan cuenta, bueno siempre he buscado que por lo menos un nombre de mis hijos lleve la letra S,  esa norma la puso mi Gloria y la respetaba.

 Mis hijos habían nacido sanos, fuertes y no habían dañado a su madre,  si dar a luz de un ángel era complicado por las alas, parir dragones creo que era lo peor, garras y alas multiplicadas por 5.

Así es, el destino,  no es que me desagraden mis hijos,  dios no es así, ellos son lo mas valiosos de mi vida, pero si tenia mucho miedo a enfrentarme a ellos, y de mis genes había nacido 5 hermosos que debía de cuidar como en mi juramento, con mi vida y sangre. Soy un padre feliz, eso no lo negare, ver a mis hijos en mis brazos es la dicha.

Mi suegro  muy contento de que sus nietos eran dragones dignos del reino me comento que debería de regresar al castillo, para que tomara bien mi juramento y mi titulo,  y después de analizarlo un poco supe  que  no me quedaba de otra, el tenia razón, mis hijos tenían un cuidado del que yo carecía conocimiento, así que hice todo lo posible por  hacerme a la idea de tomar mi puesto  en el reino de los Dragones...


Dama de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora