Dama de Rojo

Castillo

Les contare como es mi hogar,  bueno es algo curioso con estilo vikigo debido a mi Rey,  un bosque con un conjuro,  hay montañas al rededor  dos castillos, uno tan antiguo  que mentiría si solo digo que tiene  500 años de haber sido edificado, y el otro ese si creo que tenga unos 300 años,  vivo en ese en lugar, rodeado de árboles y de un encanto mágico de los tiempos nórdicos, de tiempos paganos,  de esa magia tan antigua que ahora esta  casi perdida,  los árboles tiene un encanto que hace que cubran cualquier indicio de mi hogar,  a la entrada tiene una pequeña fuente, pero lo que engañan son sus muros.

En el interior de los muros hay jardines, fuentes, todo al gusto de Afrodita,  alberca, gimnasio, en fin todo un lugar engañoso,  nos dieron la mitad de castillo, podíamos hacer lo que deseáramos  con el, en fin Suemy se adueño de la cocina,  Sebastián, Damian, Dorian, Yibril hicieron del patio su voluntad, construyeron  pistas de patinaje,  Scarlet tomo una habitación donde tirar telas por todos lados y Santiago a el no lo saco de la biblioteca, y Melody  junto con las gemelas Roaline y Sujey,  el jardín. 

-Aun detrás de los muros debes andar, mas allá de del pueblo, tu debes andar-

Me mostraron los limites del reino, mi rey fue muy amable al mostrarme el negocio familiar, que consta de una Fabrica de cerveza,  y que ahora como princesa debía de hacerme cargo de la seguridad el castillo,  lógicamente tome esa tarea como esencial, en el castillo están lo más valioso de mi vida, mis pequeños, así que acepte el puesto de guardián.

-Vigila más allá del muro Dhimitri-

Camine por los limites un gran rato, mientras me hacia la idea de que esto era lo mejor para el bienestar de mi familia, de que era la mejor decisión, que ha había caído a fondo y se me daba una oportunidad de desmostar los que mi sangre era digna de tal cargo.

Al regresar a los muros del castillo, mi padre me guío al segundo castillo, el que es antiguo, tiene un aspecto fantasmal, en ruinas, pero al entrar entre sus muros, todo es calor de batalla, me  presentaron a los demás guardianes, unos chicos fuertes, dragones, todos ellos de un gran carácter, de imponente personalidad;  pero no me iba a doblegar ante esos 18 jóvenes, y yo la única mujer,  vaya que fue un lió, varios se negaron a seguir mis ordenes a pesar de que tenia el titulo de princesa.

  -Ella entrenarnos, por favor si es solo una mujer, y una muy guapa que ha de llorar cuando se le rompe una uña-

Me puse de mal humor siempre me han dicho que parezco un ángel,  entonces tome el reto con el orgullo de haber sido entrenada por mi amo.

-Quieres ver que te hago pedazos-  

Me hervía la sangre por comenzar con la danza de la guerra, tenia confianza en mi anterior trabajo,  y el capitán de la cuadrilla acepto esa lucha....