Creciendo

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Tal ves muchos aun no me entiendan,  y yo aun en esta época de mi vida no me entiendo,  aun sigo caminando a ciegas entre las tinieblas. pero hace un tiempo,  yo tenia muchas responsabilidades,  casa, gasto, esposa, hijos, reino y entrenamiento de la guardia,  a veces no se como le hago para dividir mi tiempo, siendo el más importante mis pequeños,  algunos creerán que ser la responsable de un reino es divertido,  pero es lo más agotador que puedo hacer.

Juntas de consejo, alianza, tratos y pactos,  así que los momentos con mi familia eran importantes,  jugaba con mis niños,  la comía con ellos,  bañarlos,  estudiar mientras yo revisaba papeles, me gustaba verlos jugar al ejecutivo y a la sala de juntas,  hablando por teléfonos de juguete a su secretarias,  esos detalles me hacen levantarme todos los días, por ellos todo vale la pena.

Con mi esposa era un poco más complicado, casi no teníamos tiempo de nada solas,  y ella cambio mucho,  solo le importaba comer y ver anime,  casi no ponía atención a los niños, no les ayudaba con sus tareas, y dejo de vestirse, las pijamas eran lo que quería, y solo me daba lujuria cuando necesitaba que le diera dinero. 

-Hazme el grandisimo favor de ir al colegio de los niños... Dorian no lleva buenas notas... y se descontrola -

-Hazlo tu Dhimitri, que eres la madre ejemplar..  ¡a mi déjame en paz!-

Las discusiones en mi matrimonio eran muy comunes en la habitación de ella, tal ves fue mi culpa, que ella mi esposa se comportara así,  deje de ponerle atención, pero yo tenia muchas cosas que hacer,  a veces me regañaba por que con los chicos de la guardia me iba a beber una cerveza,  si lo se es extraño que la princesa tome alcohol con sus súbditos, pero después de verme desnuda tantas veces los comencé a considerar mis amigos,  y mas que eso, hermanos que lucharían conmigo codo a codo en en batallas y se que no me tocarían,  aunque ganas no les falta, por que entre copas y copas la verdad se asoma,  nada más leal a tu reino que considerarse iguales, útiles y hermanos de combate. muchas veces mi rey también nos acompaño, en fin la cerveza siempre sobra en el reino.

Una noche de copas, llegue en busca de mi esposa, con el deseo de hacerle mía, y a cambio de una buena suma de dinero se presto a mi juego,  por mas cariño que mostré ante ella, nuestra relación dejaba mucho a la soledad a la frialdad, los juegos eróticos entre ambas había terminado,  así al terminar de complacer mi lujuria, de gritarnos mutuamente,  me bañe y busque mi cama,  donde estaban todos mis hijos esperando a que llegara, para abrazarlos y llenarme de fuerzas para seguir a delante.

Volví a la rutina de los días,  negocios, hijos, entrenamiento y amigos,  hasta que una noche mi vampiresa furiosa grito.

-Maldita sea Dhimitri, es tu culpa que esto me pase,  estoy embarazada!-

 Yo acepte eso de manera más tranquila que pude hacerlo,  entonces estaba de nuevo esperando a cuatro dragones, ya no me encontraba sola, y si lo estaba bien había aprendido que era lo suficientemente responsable para aceptar que yo podía con ello;  mientras cuidaba de su bienestar, su salud y la de todos en mi familia, mientras nuestra relación de pareja se rompía poco a poco y el que se daba cuenta de ello era Dorian. 



Dama de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora