Bruja

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Regresando a los ingredientes de esa poción,  y que ya han conocido un poco de la única persona que en ese momento me amaba, además de mis hijos a quienes no involucraría en esto; regrese el hueso del ser inmortal Stefan muerto por mi espada, mi orgullo,  y las lagrimas aquella  alma que me ama como una hermana, el cariño de Horacio y nuestro amor fraterno  es sincero,  así que que le tendí lo que la bruja me pedía.  

 - Yo no voy a preparar la poción-

Eso me molesto, si se había ofrecido y de momento no me había dicho que no, además ya se había burlado de mi magia de  "hada", la mire recelosa, pero espere a que sugiera diciéndome lo que tenia que hacer, estaba claro que yo la haría bajo sus instrucciones.

-Mira mis manos, ¿notas los seis dedos?-

Yo la mire,  mire los dedos que me mostraba bajo los rayos lunares, estaba más que claro que yo haría ese brebaje que envenena.

  -¿Dime como lo hago bruja?;   falta que cometa un error,  yo que hago magia  de hada, yo que curo una herida, yo que mato con espada, flechas y armas de fuego, la cabeza de Stefan hijo del vampiro Vladhimir; y las lagrimas de mi primo muerto, dime-

Estaba molesta con ella, por una posible trampa, conmigo misma por creer en sus palabras en su magia pero no tenia de otra si quería que Gabriel volviera.

- Encontrarás la forma -  

Ella cerro los ojos y dejo que el viento le susurrara y me trasmitió su conjuro, de igual forma en un susurro bajo las sombras de las ramas, con una brisa que congelo mi piel y me hizo temblar en la oscuridad.

  "Ella canto los himnos más tristes, pero él no escucho sus palabras oscuras. Mira en la cuna y busca un agüero, y no escuches el aullido del lobo. Si bailas para él señor de las tinieblas tú alma se consumirá cuando amanezca"

Yo la escuche atenta  y después comencé a caminar  por el bosque en búsqueda de esas plantas que me pedía, ni idea de lo que tenia que hacer, aun con la luna a lo alto del cielo, con el sonido de la noche y su advertencia.

 "tu sabes lo que significa",

Pensaba en ello, en su presagio a cada paso que daba, sentía la hierba, la briza, y hasta el roció de las hojas de aquellas plantas que buscaba, pero entre más lo meditaba solo conocía la tristeza el dolor de mi corazón roto,  imploraba a ellos, a los que ame y nunca me escuchan como dioses engreídos y que me dejaban claro que nunca fui digna de que me amaran,  la cuna,  yo soy madre y padre se seres maravillosos,  y el señor de las tinieblas,  el me amaba,  lo recuerdo llevarme al infierno y decirme que el me protegería,  pensaba en que significado tenían sus palabras,  los lobos,  yo pertenecía a una manada, eso ya lo saben. 

Lo único que se me ocurrió para preparar ese veneno fue que el cráneo fuera mi recipiente, moler las plantas hasta dejar una pasta y después deje caer las lagrimas de mi amado primo, ella solo mi miraba mientras su aroma a muerte envolvía mi espíritu.

 -¿Me mataras?-

 La mire con desafió, con miedo pero sobre todo con odio.

   - No, el no me lo permitiría, hay cosas que no puedo hacer-  

Ella sonrió y mi odio hacia ella creció más al mirar sus labios, y deambulaba ligeramente al mi redor como danzando con el viento.

 -Si te atreves a dañarme dos reinas vampiro, la muerte, los arcángeles, ángeles   lobos y dragones te mataran- 

 La amenace esperando esas palabras le ayudaran a tenerme miedo y a ocultar el mio al ver ese liquido del craneo que para mi era un veneno que me quitaría la vida.

-Mi niña, deja esas estúpidas amenazas... no soy de temer... las poderosas brujas no tenemos miedo. No existe nada a lo que tema salvo a parir Taltos y nunca podré con este cuerpo robado... así que no tengo miedo ni del mismo señor de las tinieblas-  

 La mire molesta pero bebí ese veneno hasta la ultima gota.

En ese momento no sabia que eran esas criaturas, hoy en día lo se, son seres altos, de piel blanca y suave como la de un bebé con una vida longeva,  no son demonios, pero si son seres sabios,  pero  volviendo a lo anterior,  me despedí de ella con rabia, mientras ella me pedía que descansara mientras el veneno recorría mi cuerpo,

  - Buenas noches mi niña ven cuando quieras, sino estoy yo pregunta por mi al demonio en turno- y ella también se marcho de mis dominios. 

Dama de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora