¿Me amas?

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Como siempre en mi hora de entrenar , después de un largo día de trabajo humano,  de pasar tiempo con mis hijos, lo más lindo de mi día, algunos estaban conmigo en el entrenamiento, pero yo  estaba a lado del plumifero,  estaba vivo, estaba conmigo, ambos con miedo y le pregunte,mientras terminaba de iniciar mi calentamiento con la espada a lado de Sebastian. 

-¿Me amas?- le pregunte mientras me secaba el sudor de la frente y la herida de mi mejilla sanaba.

 -Si,  pero ese es el problema-

 El lo veía como un problema todo lo relacionado con nuestra relación, lo veía como algo malo, algo prohibido, pero siempre lo había sido y me hizo pensar que amarme era una condena cruel, que no valía la pena, como no había valido la pena amarlo antes, o mi Gloria o a mi esposa que me odiaba aun más por estar con el, que yo no era digna de nadie, ni de recibir besos, caricias o estar conmigo en el sexo, que seria solo una rutina seca; algo bello que se podría con el tiempo, con los besos, y ni las lagrimas podían curar,  mire a mis hijos, los pequeños dragones que entrenaban, y pensé en la relación con mi esposa estaba en el proceso de  los papeleos  de divorcio dejándome la custodia total de los dragones, ella solo quería dinero.

Ahí me di cuenta de que podía llorar sangre, por que una linea  de ese liquido carmesí recorrió mi mejilla, me dolía sentirme indigna de nadie, el me miro y suspiro pesado.

 - Lloras como los vampiros, el sabor de esas lágrimas es maravilloso, puedes contar conmigo para lo que sea. Soy infantil, caprichoso, no sé muchas cosas sobre la vida me gustan las situaciones imposibles, me deprimo con facilidad soy muy susceptible al dolor ajeno, me enamoró de la vida y el misterio; pero cuando ofrezco mi lealtad nunca abandonó sin importar el daño que venga; no te pido nada, no puedo pedir nada salvo ofrecer; yo soy del viento, soy libre- 

 Aun no comprendí esas palabras,  me juraba lealtad pero también era libre, no podía comprender lo que el quería trasmitirme,  y no sabia si lo decía para motivarme o hacerme enfadar, hacer que dejara de llorar o lamentarme,  lo único que hizo fue lamer las lineas de sangre de mi rostro y se retiro tomando su espada.

Ese fue el mayor de los problemas, estaba molesta, tenia una tormenta en el corazón y estaba formando un espectáculos a los novatos,  mi malestar era notorio, gritaba como loca las ordenes del entrenamiento, cuando todo todo termino y los novatos se marcharon, lo jale al interior del castillo de entrenamiento, lo encerré conmigo y grite.

- No te atrevas a lastimarme plumifero, no te atrevas que con el amor que te tengo también te puedo odiar,  ¡maldición con mi corazón esta acelerado, triste y emocionado haces que pierda la cabeza, soy tan infantil orgullosa, ya me hiciste llorar te odio y con esa misma intensidad te amo, se que eres como el viento, que al acariciarme me abraza, te odio, y te amo, adoro a Sebastian adoro a Suemy, y si lloro es por que la mierda de corazón que tengo me duele, Gabriel te amo y el miedo me gano, la soledad tu liberta es mi condena, tu caricias mi consuelo- 

 Gritaba, lloraba me sentía débil, loca, quería arrancarle la cabeza, decía que no tenia corazón, quería maldecir todo o que el me hacia sentir y quería caer en sus brazos.El me tomo de los hombros me miraba, analizaba todo lo que mi cara podía decirle, se reía de mis emisiones, de mis palabras.

 - ¿Porque? ¿ Porque? Escucharte, saber que sientes tanto es maravilloso, es excitante y me gusta, no puedo explicarlo; pero me gusta. No, no.. no... no puedo, no puedo;  necesito que me beses; te necesito-  

 Yo estaba molesta, enfadad en verdad pero deseaba besarle, aun así mi miedo, mi orgullo, me tenia parada frente del con ganas de arrancarle la cabeza por la expresión que tenia en el rostro que termine gritando. 

-Gabriel te imploro me duele, me duele mucho,  no te burles de mi me haces temblar si volviste a vengarte no seas cruel que soy la madre de tus hijos y me entregue a ti con amor, los he cuidado bien , ya no me hagas llorar que me levantaré y te odiare, yo no quiero eso-  

No podía contener el dolor, no podía de dejar de llorar y el tenia aun su sonrisa en los labios.

- No me burló, no entiendo el porque, deberías tenerme piedad, no recuerdo ser él y ¿si lo soy? Y ¿si me olvidé de ti? Aún así; tus lágrimas me duelen; necesito saber necesito que me beses-  

 Me escape de sus manos  me quede mirándolo, me secaba las lagrimas de sangre, las primeras que derramaba por culpa de el.

- ¿Que gano? ¿Que gano con sentir que el corazón se me sale del pecho, que robas mi aliento que me derrito ante ti?, el, no tardo en responderme   

- Confundirme, eso es lo que ganas; logras que el lado bueno que tengo pelee con mi lado perverso-   

 Corrí a el lo bese, lo bese tan intenso, le pedí entre labios que confiara en mi, le pedí que fuera mio  entre nuestros labios me dijo:

  -Sé que vienes por mi alma, reconozco el peligro, este hechizo es demasiado poderoso y tus labios tienen el veneno de la perdición; déjame probarlos una vez más y otra y otra más- 

 Esas palabras me asustaron, yo no quería herirle era muy importante para mi,  el padre de mis hijos; me causaron miedo y un vació en el pecho, volvía a la teoría de que amarme y besarme era como caer a las llamas del infierno.

- Yo no quiero tu alma, yo no quiero lastimarte, la que esta herida soy yo, la que llora soy yo, deja de atormentarme, no te he hecho nada, ni tu sangre he tomado aun con la sed que tengo con la enfermedad que mi cuerpo humano tiene-  

El no dejo de tenerme entre sus brazos, me mordió los labios haciéndolos sangrar, besándome con ese dulce sabor del tinto, mi cuerpo ardía de deseo por ser suya en ese momento, tenia miedo de que me rechazara por aun estar casada,  el me respondió que entendía todo lo que yo había hecho,  que había tomado un buen camino pero aun así me  dijo. 

 - Soy tuyo pero también no lo soy-



Dama de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora