Capitulo 9

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—Chama, ¿será que ya se hartó de mi? ¿O es porque nunca me canso de comer helado?

—Relajate Valentina, que ese pelo de escoba te ama.

Desde que yo le dije a Harry que no me hablara no lo hace, sigo pensando que su voz se volvió a enfermar para no hacerme mentes.

O sea no me escribe, me evita, no me responde y me deja en visto.

Pero ya terminó el período de jalabolismo de Valentina. Voy a volver a recuperar mi dignidad.

Elisa me dejó en la oficina, me estaban llamando de nuevo porque tenia que hacer un pedido para una revista justo en mis vacaciones.

Tendras que buscar la manera de tomarle una foto a un chico en colores oscuros porque la sección se tratara sobre los problemas de pareja, lo que sienten los chicos o no sienten y... —me comencé a imaginar la foto, cómo la haría, a quién le tomaría la foto, admito que pensé en Harry, pero no voy a perder mi poca dignidad.

Tendré que disfrazar a Elisa de macho.

¿Por qué no me tomas la foto a mi? Es mi turno de brillar —me dijo Ian.

Me reí fuerte.

No es por nada pero seria de mal gusto ver tu nombre y mi nombre juntos en una oración. Paso.

—Y también es extraño que cuando te llevo a tu casa o salgas conmigo estén hombres tomandote fotos y aun así te acompaño. Malagradecida.

Deja de hacerte mentes que no soy Selena Gomez ni David Beckham para que la gente esté pendiente de mí.

Eres lenta.

Un poco.

—¿Los mataste?

—¿De que me hablas?

¡De los hombres tomandote fotos!

Giré los ojos.

No, no los he matado, sólo que tengo la suerte de que a nadie le importe mi vidasubí los hombros.

Él se quedó serio.

¿Qué pasó? ¿Terminaste con él?

—Harry —le corregí—. Jamás tuve algo “serio” con él, la gente nos veía así y... ¿Por qué te doy explicaciones?

—La noche aún te afecta.

—Es de día idiota —le di un lepe. Nos montamos en su carro y ahora no sabía a donde ir.

Elisa, estaba en su casa enferma y no haré nada allí.

Iris, años sin hablar con ella.

Ian Brayan, paso.

Harry, me odia y muchas cosas más.

Me quedo en la calle.

¿A dónde vas? —me dijo Brayan mientras se ponía el cinturón.

A la calle.

—¿Qué?

No le respondí, él no es sordo.

Mi teléfono sonó y lo saqué de mi bolsillo para ver de quien era.

Harry el que me odia: Necesitamos hablar. Por favor.

Harry el que me odia: Estoy en casa de tu amiga esperándote.

Harry el que me odia: No podemos pasar todo el año así.

Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora