Valentina »h.s

Capítulo 32

Estábamos afuera de Dios sabe qué, lo único que yo sabía es que era fuera de Londres y habíamos manejado como por una hora para llegar allí. Era como un teatro abandonado o viejo, estábamos por la parte de atrás donde la gente pasa para ir al escenario.

—Dime si estoy muy tarde o muy temprano —decía Liam por el teléfono.

—Querido diario, estoy en estos momentos donde sólo pienso que me van a secuestrar.

—No lo harán, estás conmigo —dijo Louis y me guiñó el ojo.

—Hay que entrar —dijo Liam, abrió la puerta y pasó, yo iba a esperar que los demás entrarán, pero él me jaló.

De paso, él no me dejó arreglarme, yo tenía mi pijama y una gorra de Mickey. 

Todo eso era oscuro, si no fuera porque teníamos una linterna nos hubiéramos caído en un hueco y adiós luz que te apagaste.

—Ay Liam, yo le tengo miedo a la oscuridad y Niall también, ¿dónde está? —volteé pero no había nadie—, mielda loco.

—No mires hacia atrás cariño, sígueme —guiñó el ojo y siguió caminando. 

—¡Niall! ¿Dónde estás? —grité aprovechando de que había eco en en ese camino.

—No sé hacia donde estoy caminando, pero lo sabré  —respondió y luego se escuchó un golpe, se había caído.

—¿Qué piensas de esto? ¿Algo diferente, Val? —preguntó Louis, él acompañaba a Niall.

—La misma mierda de siempre, pero un día diferente.

—Esas palabras, niña —dijo Liam, el techo cada vez se hacia menos alto mientras íbamos caminando y Liam se tenía que ir agachando mientras que yo iba feliz pero no feliz de la vida. Lo bueno de medir menos de 1.70

De fondo se escuchaba where do broken hearts go, mi corazón fue y no volvió.

—Liam, dime ¿qué es lo emocionante de venir para acá?

—Jamas habías entrado a algo así.

—Pues si, pasé toda la cueva del Guácharo.

—¿Qué es eso?

—No importa.

El solo de Harry pega, directo al heart amigas.

—¿Qué pensaste al escribir esa canción? —le pregunté a Liam quien ya estaba por desmayarse.

—En ti.

—Yo no te conocía.

—Deja de preguntar cosas si ya sabes la respuesta.

—¡¡Ese soy yo!! —gritó Louis cuando comenzó su solo.

Terminó la canción, al minuto empezó Over again. Juro que si hubiera tenido una pistola me hubiera metido un balazo.

—Liam, ¿se puede saber qué tramas?

—Yo nada —rió.

—¡Niall! —grité para que me pudiera escuchar.

—Soy hombre adolorido, no hice nada.

Iba a llorar, de paso que ya íbamos llegando al final del pasillo y había un salón con una luz prendida y de allí provenía la música.

Íbamos bajando las escaleras de madera que estaban medias rotas, ya estábamos al frente de la puerta y comenzó el sólo de Harry, mierda loca, el de Louis. Ed Sheeran me hace llorar.