Capítulo 37

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Una semana después

No me veía en Londres, menos mal que llegamos vivos y enteros porque ya me ladillaba el calor de Caracas, pero sí extrañaba a mi país chama, y a mi familia.

Habíamos podido visitar la colonia tovar y fuimos a la llovizna, me quería quedar a vivir allí de bolas.

Nos dirigimos directamente a mi departamento porque ellos creen que eso es un motel, al entrar estaban Elisa, Liam, Louis y Danielle pero sin conchito.

Yo lo quería conocer pero como Louis me tenía rabia. Yo no sé que hace la bicha de Danielle allí, pero me cae bien pues.

Marico, ya son seis años de tu audición que lindo todo —lo abracé—. Bueno, fué como hace una semana pero eso lo hace más especial, más de seis años. Estúpido te quiero aún así tú no me quieras y te trate mal pero eres tú.

—Gracias, es lo mas lindo que me has dicho desde que nos conocimos, es especial. Deberías considerar ponerte un chaleco, hace frío.

Yo creo es en nadie.

Jamás pensé en decirte esto pero, te extrañé —dijo Liam y me abrazó—. ¿Me compraste algo?

Bicho interesado.

—Un llavero que se lo robé a mi abuela porque me acordé de ti —saqué el llavero del bolsillo y se lo di. Decía Venezuela y estaba medio roto pero era lindo.

—Mi teléfono —me acerqué a Elisa que estaba sentada en el mueble con los brazos abiertos.

—Bicha interesada —giró los ojos—. Está por allí.

Quiero una dirección exacta para “por allí" arroba Google maps

A los minutos todos se fueron, incluso Niall, pero me dijo que volvería si encontraba algo raro en su casa. Sólo quedamos en mi departamento Hanna, Gato y yo, porque Harry iría a su casa.

La casa estaba limpia porque Elisa la había limpiado, chama que amigas me consigo yo, soy una afortunada.

Entré a mi cuarto (que estaba limpiecito) seguida de Gato y vi que en la cama estaba un teléfono con su caja y estaba una camisa con una nota.

Marica era el iPhone 6, me sentía querida.

“Te queremos, Elisa y Liam.

Había una camisa que decía “lol ur not Harry Styles”. Me reí, yo queria esa camisa desde hace años y justo ella me lo viene a regalar cuando Harry y yo estábamos a punto de cumplir otro mes.

Equis. La amé.

Prendí el teléfono para descargar las aplicaciones que tenía en el otro, pero tenía demasiado sueño como para seguir teniendo los ojos abiertos.

Me sentía en el cielo, sola en mi cama, con la cobija caliente, y estaba lloviendo. Me desperté cuando escuché la puerta del cuarto cerrarse.

No me dejan ser feliz.

Hola —era Harry.

Hola —murmuré. Me enrrolle más en la cobija, tenía frío y la mano de Harry estaba helada. Ignoré el hecho de que él me había dicho que iría a su casa y ahora estaba al lado mío. Flash who—. Dime que no volví a dejar la puerta sin seguro.

Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora