Valentina »h.s

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Tres meses después:

Agarré mi maleta y posteriormente mis gatos encerrados en una jaula, mi bolso lo coloqué de tal manera en la maleta para que no se cayera. Principalmente, tenía sueño, pero aparte de eso, soy marica, muy marica y me encanta pasar pena.

Zayn literalmente me lo dijo: "estarás incómoda. Y eres marica, carajita del coño".

Lo último lo puse yo, pero sabía sus intenciones. Ese era otro beta, hablaba con Zayn y surgió tan rápido porque él mejoró su relación con los chicos y yo amenacé a Niall para que me diera su número, soy la mejor.

Pero el punto es que estaba cansada, eran las ocho de la mañana y no había dormido casi nada en el avión, por marica porque estaba viendo películas de carajitos.

Tenia a mis dos gatos encerrados, tenía mi bolso y una super maleta, y yo sólo era un humano frágil como una uva, no podía con todo. Pero ya había llegado a Londres, era feliz.

Me monté en las escaleras automáticas, esas vainas eran eternas nojoda, traté de correr por ellas pero casi me caía de jeta, me quedé tranquila para evitar problemas. Cuando baje me emocioné cuando vi a Harry de espaldas, corrí hacia él y lo abracé.

Marica no era Harry y el tipo tenía una cara de narco, de marico y de no sé chamo pero de bolas que me cagué horrible.

Seguí caminando por el aeropuerto hasta que lo vi sentado en una silla. Sabía que era Harry porque yo nunca me equivoco y porque él me había abrazado.

—El jet lag me atacó, sácame de aquí antes que muera.

—Pensé en irte a buscar pero cuando vi que abrazaste al guardia quise ver hasta dónde llegabas —rió.

—Viste que no eres serio —lo dejé de abrazar—, igual te extrañé mucho, como la deuda que le tiene Venezuela a China.

—...tambien vi que te ibas a caer en las escaleras y no pude —rió.

—No me hables —le di la maleta para que la cargara y yo agarré a mis gatos.

—En un momento pensé en buscarte pero —se rió— nO PENSÉ QUE —se rió— PODRÍAS ACTUAR ASÍ —rió— ESTABAS CHOCANDO CON TODO EL MUNDO Y TU CARA ERA DEMASIADO —rió.

—Te quiero y ow, yo tambien te extrañé, amor —me intentó abrazar. Seguía riéndose.

—Puedo tener el jet lag y toda vaina pero no quita que te puedo reventar la jeta.