Valentina »h.s

Capítulo 18

Estaba pasando en medio de un poco de gente porque a mi nada mas se me ocurre venir a una feria de comida latina un sabado.

Me caí.

Que raro vale.

—Lo siento —se tapó la boca con sus manos. Me había metido el pié.

—Estás perdonada porque te quiero. Recuérdame para qué vinimos.

—Me dijiste que querías que yo probara la comida venezolana.

Ahora estoy en Londres viviendo la vida loca, ni tanto porque Iris volvió a mi vida, bueno, sólo una vez me quedé a dormir con ella porque Elisa me volvía loca con sus maricadas con Ian.

Ella está saliendo con Ian, me siento usada y decepcionada.

Harry, él quiere que vaya a conocer a su familia, hasta fué a buscar a Gemma a donde sea que ella estaba. Por eso yo estoy aquí en esta feria buscando comida venezolana, el casabe me quitaba los nervios cuando me decían que al lado de mi casa aparecía la llorona.

Pero adivinen, el casabe que hacen aquí sabe a mierda, es más tieso de lo que debe ser y no tiene gusto.

—Bueno Hanna, te invito a un Nestea ya que tampoco hay tequeños. Coño, yo vine para acá a no encontrar vainas, que arrecho.

—Panita, yo si te entiendo, lacra —me habló el tipo de la caja, me alejé de él.

Me di la vuelta y pensé, no iré a esa “cena” o lo que sea. Me haré que ahora tengo la chikungunya.

[...]

—Harry me dijo que querían verme y yo acepté —sonreí. Aquí hay más gente que los tatara nietos, nietos y los hijos de los nietos de mi abuelo cuando iban para el rancho de su playa a tragarse un pescado.

Mentí porque Harry me tuvo que jalar bolas. Sonrió.

Le pisé el pié, pero me di cuenta que ese no era su pie, era de Gemma.

Ay, la cuñi, y yo que tenía tacon, ave Maria.

Gemma pegó seberendo grito, todos le comenzaron a preguntar qué es lo que le pasó y yo me fui al baño para esconderme.

Gemma va a morir por mi culpa.

Valentina: Elisa chama ven a buscarme me intentan matar.

Elisa: Que descanses en paz, estoy con Ian, me dices cuando es el entierro.

Valentina: Mamalo.

Tocaron la puerta del baño, la abrí y era Harry, se la cerré en la cara pero él empujó y la abrió entrando al baño.

Ok, es incómodo.

—Yo no soy la asesina, debes creerme.

—¿Quién murió?

Harry también se la pasará con Hanna, está medio bruto.

—¿Qué haces aquí? Estoy en el baño.

—¿Por qué corriste hasta aquí?

—Me estaba orinando. Bebí mucha agua.

—¡Ni siquiera había agua en la mesa!

—Bueno, trague mucha saliva —giró los ojos.

—¿Te sientes bien? Sabes que quizás te presioné pero...

Abrieron la puerta así abruptamente y era una Gemma feliz de la vida, ella es como que si loca o qué.

Al menos no se murió.