Capítulo 20

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No estás despedido, sólo pasa abrí la puerta—. Y que conste que fué porque el amigo de Hanna se fué.

Claro.

—¿Sabes? Ni siquiera sé por qué te hablo en inglés.

—No hablemos de eso. ¿Tengo que buscarte un café o...?

—Es lo mínimo que puedes hacer.

Mientras que Ian iba a buscarme el café yo estaba arreglando mi escritorio que siempre estaba hecho un desastre porque me daba ladilla arreglarlo. A parte que todas las cosas eran de Hanna, lo sabía porque tenían brillos azules y la letra "h"en todo.

Hablando de la reina de Roma.

—¡Hanna querida! sonreí, ella también sonrió pero no era la sonrisa de Hanna. ¿Sera que intercambiamos almas? — ¿Qué tienes?

Ella se sentó en las sillas negras al frente del escritorio dejando su bolso en el suelo.

Es que me di cuenta que todos ustedes hablan español a parte de hablar inglés y yo sólo sé decir. Hola ¿cómo esta? Bien, que lindo, gracias, hasta luego — hizo su cara de perrito llorón. Pegué una gran carcajada. Hanna comenzó a llorar.

¡Hanna! Perdon, yo sólo... — pensé muchas veces antes de decir algo. Ian entró a la oficina y se preocupó tanto al ver a Hanna llorando que fué directamente hacia ella.

Esto es tan raro.

¿Qué pasa?

Quiere aprender a hablar en español me volví a reír.

¿Es en serio, Hanna? No hay tiempo para llorar me dió el café, yo no sé quién le dijo a él que quería late, pero bueno.

¡Eres un insensible! ¡No sabes lo que dices! Pensé que éramos amigos, Ian se levantó para irse, pero no la dejé.

¡Yo te enseño a hablar en español! Sólo quedate, te necesito.

¿Y yo? ¿Estoy pintado en la pared?

—Ojalá —solté y Hanna sollozó. No me arrepiento.


[...]


—¿Y tu... novio? ¿Cómo se llamaba? ¿Harry?

No sé si está en Italia o en París.

¿Cómo no vas a saber? ¡Son novios!

Que fuerte.

Algun día lo llamaré, o en algún momento me encogí de hombros

¡Llamalo! ¿Te prestó mi teléfono?

Intento recuperar orgullo y dignidad alejé su mano.

Intentas recuperarlo con la persona menos correcta, por eso es que las relaciones siempre muerense cruzó de brazos. La anotaré en la lista de las cosas más inteligentes que ha dicho Hanna.

Eso fue... lindo —ella sonrió.

Tocaron la puerta del departamento, me dió flojera pararme para abrir. Pero volvieron a tocar y llamaron a mi teléfono.

Supe que no era Elisa porque seguro me dice cuatro vainas. Sabía que no era Harry porque el está en el otro lado del mundo y no tengo más amigos.

—¿Qué haces aquí, Louis?

Quise venir a visitar a mi amiga más gruñona sonrió y me apartó para entrar a la casa, al ver a Hanna con una tijera fué corriendo hacia ella y se la quitó—. ¿Amor, Valentina te corrompió con sus sueños de asesinato? No le prestes atención, ella está loca.

Claro, y soy yo el que anda con cara de culo y me trata como uno un día y al otro es "quise venir a visitar a mi amiga gruñona" me puse de su altura montada en un escalón.

¡No me quisiste abrazar la última vez que nos vimos! gritó Hanna exasperada y le quitó la tijera.

Ow, quieta azulita, ese día no estaba de humor. Perdón.

Te perdono porque eres amigo de Val sonrió.

—¿Y la dignidad, Hanna?

Como sea, a lo que vine, ¿sigues trabajando como guardaespaldas?

No, y menos para tí.

—Oh claro, si hubiera sido Niall le hubieras dicho que sí.

—¿Esto es para venir a preguntarme sobre mi trabajo o sobre Niall?

—¿Estás trabajando?

—Sí pero no en eso.

—Mi guardaespaldas se fué.

—Quedate en tu casa, yo tengo trabajo por hacer.

Realmente no, pero ajá.

No puedo estar en casa. ¡Valentina, en serio!

—¿Tengo otra opción?

—Te pagaré.

—No me comprarás.


[...]



Es estúpido.

—Como tú.

—Facilmente puedo hacerme la loca y dejar que te tumben.

—¿Con mi bebé?

—Hasta con Danielle —la señalé, ella es medio loca.

Si me tumbas, tú te verás afectada.

—¿Me estás amenazando?

—Tu lo hiciste primero.

—Imbecil.

—Estúpida.

—Idiota.

—Ridícula.

—Tarado.

—Tonta.

—Tonto.

—Te quiero.

—Yo más.

—Matar.

—No le busques las cinco patas al gato, Louis.

—¿Qué significa eso?

—¡Que me quiero ir! —dijo Danielle.

¿Qué tiene que ver un gato con irse?

—Jura que voy a volver a salir contigo como guardaespaldas.

—¿Por qué? ¿A caso quieres salir conmigo como...?

Le pegué tremendo lepe en el brazo.

Tus ganas.

—Claro, claro. Hablando de eso, ¿y Harry?

—Nos vemos, Louis —crucé la avenida y tomé un taxi.

Debería de ir a visitarlo.














Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora