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Harry, ya te he estado esperando por dos horas, literal...

—Dame media hora, por favor.

—Dime lo que quieres decir desde la primera vez que te llamé y listo, lo dejamos para otro día.

—No, voy a estar ahí.

—¿Cuándo? Desde las ocho de la noche te he esperado.

—Voy a ir, sólo tengo que hacer algo más y...

—¡Tienes que hacer algo más desde hace dos horas! 

Perdón, Val, yo voy...

—No, no tienes que decirlo. No vas a venir.

Pero, escúchame...

—Harry, te conozco muy bien, no lo vas a hacer.

—Valentina... lo siento mucho.

—Tenías que decir eso desde las ocho de la noche —suspiré—. Nos vemos cuando puedas.

—Te quiero y lo siento demasiado.

—Yo también —y corté.

Ya en estos días me ha dejado plantada con excusas cuatro veces. Yo soy estúpida y él me ve cara de poceta.

Quería hacer algo chévere, estaba planeando esa estúpida cita porque tenía tiempo sin ver su cara y ni intentó ser honesto conmigo. 

Luego de haberme arrechado y no haber respondido a ninguna de sus llamadas terminé yendo a casa de Elisa.

—Bueno, y... ¿Entonces?

—Voy a terminar con Liam.

Literal escupí el agua.

—Bueno, chama... Sorprendente.

—Siento que nuestra relación ya murió y él anda aún vuelto loco por Cheryl, así que es mejor que sea feliz por su lado.

—Naguebonada, las vueltas que da la vida.

—Espero que tú y Harry lleguen al altar o a algún lugar, juntos y felices, tengan bebés, pero que no se desvíen a la mierda suspiré.

—Amén.

Dejó la taza de su café en la mesa y se volvió a acomodar en el mueble.

—Elisa, espero que no vuelvas a llorar por él.

—Claro que no, pff —dijo y luego empezó a sollozar—. Nací para el fracaso, nojoda. Yo debería de quedarme toda mi vida soltera, nadie me merece. Viví toda mi adolescencia e infancia en socialismo, que desgracia. Mi mamá me tuvo que haber abortado.

Que fuerte, esas son las hormonas, hecha la loca.

—Al menos lo harás tú y no él. La dignidad por delante, mija.

—Ay no te vayas nunca de mi vida, chama.

—Si es que no me mato antes... digo, muero.

—Estúpida, por eso es que te echo y te pasan las vainas.

—Mira, dime si tienes planes para pasado mañana porque tengo que ir a una "fiesta" de una antigua agencia y Harry me dijo que no podía y tampoco es que quiero que vaya ahora, pero no quiero ir sola.

—Valentina, usted nació más salada que yo.

—Dudalo.

—Pídele la segunda a uno de los chicos.

Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora