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-... Muchas gracias por venir, Raquell, ¡felicidades por tu matrimonio! -sonrió Harry con su sonrisa colgate.

-Es un placer, y gracias -sonrió y Harry bajó la vista hacia mi para que dijera algo.

Yo salí cuando me di cuenta que ya la gente había llegado y lo primero que veo es a Raquell.

A él se le notaba lo incómodo que estaba y aún así tuvo las bolas para invitarla.

-Pensé que no vendrías, dijiste otra cosa...

-No te dije nada sobre otra cosa -rió confundida-. Bueno, yo se lo dije a Harry. Con él es más fácil dialogar -Harry me vio y abrió los ojos exageradamente-. Pensé que lo sabías, lo siento, yo... pensé que se decían todo.

No he hablado con ella ni por seis minutos y ya me tiene arrecha.

-Mira, pajua. Ahora me vas a... -Harry me interrumpió.

Él nunca me deja expresar mi arrechera.

-A ver, Raquell... -empezó a decir después de haber girado los ojos, pero lo interrumpí.

-Sí lo sabía. Pero te lo digo porque dudaba que vinieras -subí los hombros.

-¿Ian vino contigo? -preguntó Harry y rasqué mi nuca. Al instante el susodicho apareció.

Harry me demuestra que me odia en nuestra propia fiesta de compromiso.

-¡Aquí están los comprometidos! Espero que les vaya muy bien -sonrió viéndonos y de ninguna manera pude retirar la sonrisa incómoda de mi cara-. ¿Cómo están? Tenía años sin verlos.

Mi vida sin esa gente y sin Maduro era lo mejor, pero lo último que faltaba es que me dijera que nos extrañaban.

-Los extrañabamos -dijo Raquell-. Es genial que nos hayamos reencontrado justamente aquí.

Giré los ojos mientras ella sonreía.

Espero que nunca se mueran para que el mundo sepa que son unas mierdas y los dejen solos.

-Nosotros también... -dijo confundido Harry y le apreté la mano para que dejara de hablar paja.

-Sabes que hay muchas razones por las cuales no nos veíamos -dije y esta vez él me apretó la mano.

-Gracias por la invitación -dijo Ian dirigiéndose a Harry-. Porque ya sé quién la hizo -me giró los ojos

-Yo tampoco te quería ver. Me alegro que sea mutuo.

-¿Qué tal van los preparativos? -dijo Harry desviando el tema, pero Ian seguía pegado.

-Mira, Val. Lo que pasó fue que...

-No hay más confianza para que me digas Val -fruncí el ceño-. Ahorratelo y prueba los ponquecitos, están buenísimos.

Esa gente siguió hablando entre sí, yo no dije ni una palabra más y lo único que hacía era asentir o negar. Me puse a pensar cómo podía alejarme sin que se dieran cuenta y en ese momento Kendall apareció en mi campo visual.

La Kendall que no me pasa ni con agua.

Le hice una señal para que se acercara y ella sonrió haciéndome caso.

-¡Hola, cariño...s! -dijo haciendo espacio entre Ian y Raquell- ¡Felicidades por su compromiso! ¿Cómo están? -la sonrisa no se le quitaba de la cara.

Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora