Valentina »h.s

58

Mi dignidad no dura un carrizo. Llamé a Harry en la mañana y le dije que viniera. Soy una estúpida y todo es su culpa.

Ahora estaba dándole vueltas a la casa luego de haberme puesto a limpiar por el estrés, y paré cuando sonó el timbre.

Sin pensarlo abrí la puerta y dejé a Harry pasar.

Esto es a lo que yo llamo ser fracasada.

—Buenos días —dijo cuando cerré la puerta—. ¿Dormiste bien?

—Sí, ¿y tú?

—Eso creo —ladeó la cabeza, se sentó en el mueble y yo en el mueble que estaba al frente de él.

Gato salió del cuarto todo acelerado y cuando vio a Harry empezó a ladrar horriblemente, pero no se le acercaba, Harry se trató de acercar pero él le volvía a ladrar y amenazaba a morderle. Chamo, él amaba a Harry, es que él vio todo lo que pasó ayer y he allí las consecuencias de meter a los niños en la discusión.

—Hey, tranquilo, no me acercaré a ella ni a ti —sonrió, ay que be.... mamalo, ¿cómo que no te vas a acercar?

—Basta, Gato —me levanté, lo agarré entre mis brazos y me volví a sentar. Hal salió de lo más tranquilo del cuarto y se sentó en las piernas de Harry.

Hal Ronaldo Berlusconi Styles Martines. Eres un traidor.

Por eso es que Gato es y será mi favorito.

—Fue increíble lo que pasó ayer. Quise hablar bien pero lo terminaste convirtiendo en un show... un estúpido show —dije con la misma calma que empecé a hablar ayer, esperando que él reaccionara de la misma manera.

Es que nawebona, Zulay.

—Perdón —dijo luego de varios segundos—, admito honestamente que fue una mierda lo que te hice. Fue completamente innecesario tomármelo tan personal, tú eres la que importa aquí y no me di cuenta en ese entonces, tuve que haber tenido más paciencia... obviamente me iba a doler pero concentré todo el estrés que llevaba del trabajo y la pagué contigo, no fue justo.

DUDALO, MARICO.

—Harry, si tan sólo tú...

—Pero créeme, jamás me saldría en un momento cuerdo decirte esas cosas, cada día me demuestras que tienes potencial para hacer lo que sea que se te dé la gana y es asombroso... Lo que hice estuvo horrible, lo siento mucho.

Él me viene a recordar esas cosas justamente cuando me quiero poner seria. Lo peor de todo es que se le ocurrió decir eso en este momento, pero ni le pasó por la cabeza cuando se le metió el demonio.

—Harry, te quiero bastante, lo suficientemente como para perdonar cada una de tus equivocaciones, deja de hacerme creer que no lo repetirás, te he dado demasiada confianza y hasta te llamé un día después para arreglar todo.

Es que naguara, primero sobre cancelarme cita tras cita y dejarme plantada sin excusas, dale. Luego que ni me contestaba las llamadas porque estaba ocupado, dale. Luego se queja de que no le dije nada, no me la calo.

Él iba a empezar a hablar, pero lo interrumpí.

—Harry, no lo hagas —dije en un murmuro—. Sólo espero que no pienses que esta mierda sea justa —se me cortó la voz y tragué—. Me importas y me dolió mucho lo que hiciste ayer, promete que no volverá a pasar... te la estoy poniendo fácil —reí y él a penas sonrió.