Capítulo 19

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—¿Por qué no habías llegado hace dos horas? Ya perdí la cuenta de cuántas veces me han preguntado por tí y las fotos —exclamé al ver a Ian parado al frente de la puerta, Hanna no le tocaba trabajar conmigo hoy, le tocaba a él, también le tocaba llegar a las ocho y llegó a las diez.

Dios, cálmate.

Claro.

Piensa lo que quierasalzó sus hombros—. Por cierto, no podré trabajar hoy, vendrá Hanna, adiósse acercó al escritorio, dejó un sobre y luego se fué.

El sobre tenía un permiso de trabajo y las fotos que se suponía que tenía que entregar hace dos horas a la revista. Estoy calmada.

Valentina, ¡te extrañé!me abrazó.

No nos veíamos desde ayer, Hanna.

Eso no evitará mis sentimientos hacia tísubió los hombros—. ¿Y tu amiga? se sentó en mi escritorio.

No sé, ni me importa.

Realmente si sé, sigue llamándome y vive cerca de mi casa, me dijo que publicaría todos mis datos personales al internet si no conocía a los chicos.

Y como yo no quiero que vean mi horrible cédula (además que soy más cagona que la palabra) se la presentaré a los chicos.

Mi mamá debe de estar decepcionada.

Hanna empezó a cantar, y hay que resaltar que tenía una obsesión con Rihanna y a mi no me molestaba.

Saltó hacia lo más alto de la luz para bajarla pero no la alcanzó, ¿vieron por qué Ian se me hace útil algunas veces?

Hanna tuvo que pedirle a un tipo negro amigo de ella de dos metros que la desarmara porque ella no alcanzaba y las escaleras estaban ocupadas.

Se te quiso, Ian.


[...]


Querido diario, no he hablado con Harry desde dos semanas.

Ahora prácticamente vive en L.A ocupado con la película y en ponerse gorros para que nadie viera su cabello.

Entonces si el primer paso, y lo llamé.

Cariño, justo te iba a llamar porque...

¿Sabes? Iré a Los Ángeles para ser la fotógrafa de alguna revista, es que te pierdes mucho y... —me interrumpí por las bocinas que se escuchaban desde el estacionamiento y vi por la ventana que era el carro del vecino, alejé el teléfono y abrí la ventana— ¡¡Juan!! ¡Hay personas que intentan mantener una rela... —me volví a interrumpir al ver que no era el carro del vecino—. ¿Harry? ¿Por qué no me dijiste que venías?

Terminé de correr la ventana para poder ver.

Llegué ayer en la madrugada, ahora baja que tengo que ir a un funeral. Sorpresa.

Estoy vestida de rojo, seguro tu estas vestido de negrovi cómo se bajaba del carro—. Sip, si estás vestido de negro y...me callé por un segundo y luego corté la llamada y bajé las escaleras.

Al estar al frente de él me dieron ganas de hacer un funeral para su cabello, se lo volvió a cortar.

Mierda, Harry.

Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora