Capítulo 30

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Una semana después

—¿Qué haces aquí? —crucé mis brazos, éste maldito no se cansa de ladillar.

—Te vine a pedir perdón.

—No necesito tus disculpas, Ian, ahora vete de mi casa —lo empujé hacia fuera pero él empujó la puerta para que yo no pudiera trancarla—. Si vas a decir algo que sea rápido.

—Aquel día que vine y te presenté a mi novia, no era realmente mi novia.

—No me sorprende, siempre pierdes tu tiempo porque sabes que jamás te pararé bola.

—Era mi prima. Yo estaba borracho, ¿me perdonas por invadir tu propiedad en ese estado?

—Te dije que no me importa. Chao —volví a empujar la puerta para trancarla pero él colocó su pié en el espacio.

—También vine a darte el pésame por la pérdida de tu abuelo.

—Gracias, eh, creo aceptar tu ¿bondad?

—....y la de Harry —rió—. Ni tanto, porque ahora ya pude por fin despejar el camino hacia ti —me lanzó un beso y se fue riendo.

—¡¡Maldito enfermo, ojalá Chavez te aparezca y te jale los pies y de paso que te lleve con él!!

—¡Si yo me voy con él significa que tú también te vas conmigo! —respondió, cerré la puerta de un golpe y atrás mío estaba Liam.

Tengo que echarlos de la casa, nota mental.

¿Con quién se supone que peleabas?

—No estaba peleando, sólo discutía. Con palabras... feas.

—Tienes que controlar tu mal genio giró los ojos.

—De pana que sí.

Necesito decirte algo bueno. Creo —dijo mientras caminaba hacia la cocina. 

¡Tenia más de dos semanas sin escuchar eso, cállate! —le lancé un cojín y el vaso que tenía con hielo se le cayó— Perdón, jeje.

—Lo que te decía, Harry vuelve hoy.

Nada dura para siempre, Valentina, sépalo.

Chevere, pero yo tengo que... ¡ir al trabajo! —me metí un pedazo de hielo en la boca. Él hizo que lo escupiera— Y comprar una nueva memoria para la cámara, sip —agarré mi cartera y las llaves.

¿No es que estas de vacaciones? —abrí la puerta haciéndole caso omiso a él— ¡Espera! ¿En dónde te vas?

—Hay algo llamado taxi y tren.

—Hay algo llamado mi carro y miedo de quedarme solo aquí.

—Cuidado que te come el coco, o la sayona, o..—

—Chavez —dijo y me empujó para salir.




[...]




—La vida es muy frágirl, Liam. Es como si pudiera llorar.

—Uno, deja de ser tan dramática sólo por un precio de una memoria. Dos, ¿ahora no lloras?

—Sólo te estaba echando broma, relájate.

—No, la que se tiene que relajar eres tú. Allí viene Harry —señaló a la puerta.

El mundo se me vino encima.

Recuerdame por qué acepté venir contigo.

—Porque querías pasar un día con el perfecto Liam Payne.

—Tus ganas —giré los ojos, aseguré la cámara en mis brazos y antes de poder dar un paso para irme del aeropuerto Liam me jaló del brazo—. El coño de tu madre.

—Si, si, mi mamá siempre. Allí viene él, no seas mala y salúdalo.

—¡Te dije que tengo mucho trabajo que hacer! Dile que le mandé saludos.

Yo no le voy a decir nada —levantó sus manos.

¡No le digas nada entonces! —le di la espalda. El volvió a jalarme el cabello.

Te vas a quedar aquí volteé y ya Harry estaba en la puerta. Sólo faltaban pasos para estar a mi frente, di un paso hacia atrás, Liam me jaló sutilmente del cabello para que volviera a mi lugar.

¡Hola! Si que hacía calor allí adentro —dijo Harry, le sonrió a Liam y luego me saludó a mi también con una sonrisa—. Los extrañé.

—Nosotros también a ti. Harry —dijo Liam y me pellizcó para que dijera algo. Me soné la garganta.

¿Sabes? Es bueno verte de nuevo aquí. Y créeme no quiero irme pero... ¡tengo tantas cosas por hacer! —desocupé un brazo para darle un "abrazo" y antes de irme pasé mi dedo por mi garganta mientras veía a Liam.

Eres muy buena evadiendo problemas me susurró Liam en el oído.


[...]



—¡No me jodas! —grité espantando a Ian—. ¡¿Qué hace ella aquí?! ¿Cómo se conocen?

—Es mi... amiga —respondió retrocediendo. Creo que el palo que tenía en la mano lo espantó.

—¡Hola! —dijo ella súper tierna. Me arrepiento haberle dicho que su voz era linda.

—¡No si. Y ahora todo el mundo es peruano! Me vas a perdonar, pero la gente de Perú no es tan linda como ella.

—No es de Perú, es de Texas. Allí la mayoría de la población manejan el español —respondió Ian usando a Raquell como escudo.

—La pregunta es, qué hacen en mi oficina registrando unos cajones que deberían de estar a llave... Hanna,sabía que no debía confiar en ella —gruñí y reventé el palo. Raquell pegó un grito.

—Estaba buscando unos lentes para la cámara.

—Aja, y yo nací ayer. Como si no supieras que los lentes están en aquél estante —señalé el estante que estaba en toda la esquina de la oficina. Él se puso pálido.

—Bueno, yo... —comenzó a caminar en círculos.

Me encanta tu cabello —dijo Raquell tratando de tocarlo, le pegué con el palo y ella chilló.

No se toca, niña.

—Niña serás tú, estúpida prematura.

—Mira cariño, yo tengo un palo y fácilmente te lo puedo pegar en toda tu linda y perfectamente exfoliada nariz. No me busques —le advertí. Ella volvió a chillar.

—Pero al menos hice que Harry y tú se separaran, estúpida ingenua.

Anda a m-a-m-a-r —los saqué a ambos de la oficina, le dice al portero que no los dejaran entrar más nunca fuera del horario del trabajo.

¿Elisa? Necesito que me distraigas a Ian con tus cualidades de mujer, y modelo.












Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora