Capítulo 45

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Agarré la maleta para bajar las escaleras, chamo yo no sé de dónde mi mamá saco que yo no tengo fuerza, soportala chamita.

Estaba mudandome a la casa de Hanna porque saldríamos las dos juntas para Los Ángeles y la cosa no estará tan mala como pensé. Es que a mi me dan mis ataques de depresión coño, entiendan.

Hanna trajo el carro de su novio, ella se quedó adentro jugando con su teléfono mientras yo hacía todo el trabajo de meter mis maletas. Es que conchale, no puedo creer que viviré en la misma ciudad que las Kardashian por meses, soy yo en mis mejores momentos.

Aunque admito que prefiero mil veces Londres que irme a Estados Unidos. Obama, we miss u.

A penas era la primera maleta y ya estaba cansada, renuncio.

—¡Es para hoy, Valentina! —dijo Hanna.

Entonces ayudame.

—Ay que flojera.

—Entonces ¿para quÉ ME APURAS?

—¡Perdón!

Me devolví a la entrada del edificio y cuando estaba apunto de empujar la puerta para pasar, alguien gritó mi nombre.

Yo sabía que era Harry porque él es el único que grita mi nombre estando casi al lado.

—Heey —dije haciéndome la loca. Él aún no sabía que yo me iría a Los Ángeles y justamente aparece cuando tengo que bajar las maletas para irme.

Hola, Val —sonrió. Me hace mal no haberle dicho la verdad. Empecé a caminar hacia el ascensor y él me siguió—. ¿Como has estado?

Bien, bien. ¿Y tú? —entramos al ascensor y toqué el número del piso donde estaba mi apartamento. El aire entre nosotros estaba incómoda, lloro.

Muy bien —asintió—. ¿Qué estabas haciendo?

Nada, yo sólo llevaba una ropa que Hanna dejó aquí, sí.

—¿En una maleta?

—¿En dónde más?

—¿Se irá de viaje? —salimos del ascensor y empezamos a caminar al apartamento.

¿Desde cuándo preguntas tanto?

—Uh, es que yo escuché que harían unos cambios de una agencia aquí y creí que... —lo interrumpí.

Me volteé.

¿Quién te dijo?

—Niall.

Ese hombre es un sapo de primera. No vuelvo a confiar más nunca en rubios-teñidos.

¿Qué más te dijo?

—Te irás.. —dijo en un hilo de voz. Mierda.

I know it breaks your heart.

Abrí la puerta y entramos a la sala.

Juro que te lo iba a decir.

—¿Cuándo? Con solamente el hecho de que confías más en Niall que en mí me hace pensar todo lo contrario.

Perdón ¿sí? Él era la única persona que estaba allí en esos momentos tan oscuros en donde pensaba cosas tan oscuras y sentía como las cosas que había hecho mal se reían mí.

—Pudiste hablar conmigo.

¿Cómo iba a hablar con alguien que no estaba?

Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora