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—Pensé que mi vida no podía ser tan triste, pero lo es —dije entrando a la casa y trancando la puerta. Elisa salió inmediatamente del cuarto y me abrazó, no sabía qué hacia allí pero estaba demasiado necesitada de comprensión.

—¿Qué pasó, Valentina?

—Qué no pasó.

—Chama, cuéntame qué es lo que pasa porque aun no termino de captarlo —me guió al mueble y se sentó a mi lado.

Luego de haber ido ayer en la noche al consultorio de la doctora nada más para hablar, me dijo que fuera en la mañana a ver los resultados y bueno... Al menos no tengo cáncer ni moriré tan fácil.

—Soy estéril —las lágrimas ya caían sobre mi cara—. Las posibilidades de que pueda dar a vida son pocas si el tratamiento no funciona.

—Puedes quedarte embarazada...

—Pero luego ocurrirá un aborto espontáneo.

El peo no era tanto no poder dar a luz, sino es que siempre voy a terminar en un aborto espontáneo y me muero pal coño si lo intento varias veces.

—Ay, chama —me abrazó—, ¿qué te dijo la doctora?

—No sé si te lo dije, pero cuando tenía dieciséis un ginecólogo me vio y dijo que no producía suficientes óvulos y el riesgo sería mayor a largo plazo. El tipo me medicó por un año y me juró que el tratamiento había servido.

—No sirvió —negué y empecé a sollozar—. ¿Por qué no me lo contaste?

—Si hablas del tratamiento pues, tú te habías ido del país y no era algo que me importaba hasta ahora... Y si hablas de que soy estéril es porque no lo captaba, ¿no notas que aun no se lo he dicho a Harry?

—¿Qué estás esperando, Valentina?

—Él me ha contado lo feliz que estaría algún día si formaba una familia conmigo, yo no sabía nada de mí esterilidad y... ¿Ahora cómo mierda lo veo a la cara?

—¿Desde cuándo lo llevas ocultando?

—Un mes —suspiró—. Ahora a parte de eso tengo algo en mis trompas de falopio y libero progesterona en el período. Me gané la lotería, nojoda —me levanté del asiento pero ella me volvió a sentar, Gato llegó hacia mí y me empezó a ladrar, lo empujé porque no quería que se pusiera triste pero se me sentó al lado como para que lo acariciara y empezó a sollozar.

Marico, a mí me encanta arruinar vidas.

—¿Qué pasa con la progesterona? ¿A doctora te lo explicó? Es que no entiendo un coño, falté ese día a clases.

—El endometrio necesita progesterona, que es el que permite la implantación del embrión entonces salgo embarazada. Pero no tengo entonces no se desarrolla bien, y... ajá.

—Todo estará bien, Val. Hay que tener fe, ¿qué te dijo tu mamá?

—Ella se puso a llorar y me dijo que llega hoy en la tarde a Londres con Iris —limpié mis ojos—. Espero que no estés molesta conmigo porque... —me interrumpí cuando ya volví a empezar a llorar.

Valentina »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora