—Buenos días detectives —dije, mientras me acercaba a los tres.
Dos de ellos voltearon pero el de la gabardina caqui seguía mirando la ventana. La veía como tratando de armar una escena del pasado, de imaginar cómo sucedió.
—Buenos días doctor —Dijo uno de ellos, el otro simplemente asintió con la cabeza.
Me paré a su lado. No eran tan altos como las personas que normalmente te encuentras en los alrededores, así que podía suponer que no eran de allí. Eso me preocupó un poco debo admitir, porque recordemos que tenía varios delitos en mi haber desde hace algún tiempo, y la noticia de Foster y su madre aún seguía fresca.
—Por lo visto señores ya vieron el jardín lateral de la institución, y la ventana que mi estimado detective está mirando, es la de mi oficina.
—Lo siento doctor, solo contemplaba la fachada del lugar, es maravillosa —dijo.
—Así es — le estreché la mano.
Ambos nos saludamos con un fuerte apretón de manos, pero mientras esto sucedía trataba de estudiarlo poco a poco. Su rostro me era muy familiar, no estaba seguro en donde lo vi antes. Fue entonces cuando recordé aquella tarde fuera de mi dormitorio de la universidad, después de asesinar al amante de Janeth. Un detective había llegado hacia mí, con sus mismas características. No habían pasado ni diez años de lo sucedido pero aquel hombre aparentaba un poco de más edad. Sin embargo, si lo comparábamos con los otros dos, era el de mejor aspecto, uno tenía obesidad y el otro parecía tener problemas sociales.
—Bienvenidos sean todos, ¿en qué puedo ayudarlos?
—Usted es el encargado de este lugar ¿no es así?
—Así es, soy el doctor Erick E. Perkins. Aquí los pacientes me dicen doctor Cosmo, ¿Cómo puedo servirles?
—Antes que nada gracias por su amabilidad y déjeme decirle que el lugar es precioso, se nota que lo han sabido cuidar. Estamos aquí porque a ciertos miembros de la comunidad les preocupan dos cosas. La primera: es que muchos ciudadanos pobres simplemente desaparecen y tienen miedo de que los próximos sean ellos y la segunda, por lo que hemos revisado, algunos de estos vagabundos han llegado pero los mismos de aquí dicen que ya no están, no pueden desaparecer así como así.
—Entiendo lo que dice detective y es un tema que he estado hablando con mi superior. Este proyecto prácticamente va arrancando, apenas se están preparando anuncios de televisión para avisar a la comunidad lo que estamos haciendo. Y si hemos traído a más personas de escasos recursos aquí es porque no queremos que sufran en condiciones extremas con el frio que se avecina. También como puede ver, este sigue siendo un hospital, no tenemos medidas extremas de seguridad como se tendría en una prisión o una institución mental, es por eso que algunas de las personas que son traídas escapan de alguna o de otra manera. Esto también es un tema que he conversado previamente con mis superiores y están a punto de darme una respuesta. Lo más seguro sea instalar cámaras de seguridad y algunas medidas más fuertes alrededor del inmueble.
—Todo lo que me dice es excelente director, así que le propongo algo, vamos a trabajar en conjunto, le parece si ¿lo ayudamos un poco con la seguridad?
Los otros dos detectives no se daban cuenta de lo que tratábamos de hacer, pero fuera de la vista estábamos teniendo un duelo mental. Era fácil saber lo que él pensaba y de seguro también sabía lo que yo trataba de hacer. Quizá, en ese momento el detective intuyera que no iba caer tan fácil en el juego, que algo raro estaba pasando y no lo confesaría fácilmente.
—Es usted muy amable, y la verdad nos sentiríamos más tranquilos por aquí sí de vez en cuando vienen a patrullar. El viaje es algo largo si andas a pie, pero en vehículo tardaras como mucho treinta minutos solo si el tráfico lo permite.
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Doctor Cosmo - El diario de un asesino parte 1
Action¿Quién eres tú para juzgar los actos que he cometido? Lo que ves cómo una crueldad increíble y maldad absoluta, incluso algo de locura, yo lo veo como progreso, redención, descubrimiento... está bien, quizás tengas razón, probablemente matar a 107 p...