Capítulo 5 parte 2

543 40 0
                                    



— ¿Qué estás buscando? —Me dijo una voz que venia del otro lado.

—El cantinero del pequeño leñador me dijo que aquí podría encontrar lo que buscaba —dije casi en un siseo.

La persona que estaba del otro lado suspiró y cerró la rendija —Espera un poco —. Como si no esperara o no quisiera tener visitas a esa hora. Escuché como quitaba los cerrojos y giraba el pomo de la puerta. Se abrió hacia atrás, mis ojos casi se caían al suelo cuando advertí que no me encontraba frente a un gigante, sino más bien a la mujer más bella que había visto en mi joven y solitaria vida. Debía tener unos dieciocho años de edad, era delgada y un poco más baja que yo, su cabello era largo y negro como el azabache, también llevaba un tatuaje en su brazo derecho, un símbolo que jamás vi antes y tenía una perforación en el labio. Era la imagen de una diosa gótica de este siglo.

—Puedes pasar, busca donde sentarte, ahorita te traigo las cosas —me dijo en un tono autoritario.

Caminé hacia el interior de la casa y no era sorpresa que no fuera muy grande, pero tenía su peculiaridad. Parece que después de todo si era una tienda, pero no una cualquiera. Era una tienda esotérica. Estaba lleno de libros viejos, también había un lugar especial para la lectura de cartas del tarot, incluso creí ver al fondo de la habitación un cuarto donde hacían tatuajes y perforaciones. Era de locos. Me acerqué a uno de los libreros y tomé un libro. Era un libro de historias fantásticas. Lo ojeé un poco para ver las ilustraciones, hadas, duendes, diablillos y más.

— ¿Qué estás haciendo? —me sorprendió la voz de aquella mujer.

— Nada — contesté rápidamente, pero al tratar de dejar el libro en su lugar lo dejé caer al piso.

Di media vuelta y me quedé observándola a los ojos, ella enchueco un poco la boca pero ignoró lo que acababa de pasar — Ven —, me dijo, al mismo tiempo que se dejaba caer en un sillón. Me acerqué a ella y me senté de frente. Llevaba consigo una bolsa de cuero. Vació su contenido en la mesa que estaba en el centro de la sala y salieron muchas bolsas como la que me acababa de dar el cantinero.

—Me imagino que esto es lo que viniste a buscar ¿verdad?

—Para serte sincero, no sé exactamente lo que estoy buscando. Solo sé que quiero respuestas.

Una vez más aquella mujer dio un profundo suspiro, casi podía leer sus pensamientos "Otro mocoso hijo de un papi adinerado me está colmando la paciencia"

—Entonces no vienes por más... bueno, ¿Qué haces aquí?

—Como te dije antes, quiero respuestas ¿Qué hace? ¿Cómo está hecho? ¿Qué efectos tiene? ¿Cómo puedo hacerla? O para empezar ¿Cómo se llama?

La mujer tenía una mirada sombría pero sonrió cuando guardé silencio.

— ¿Qué te hace pensar que es buena idea preguntarle todo eso a una persona que vende este tipo de cosas? — Se recargo en el sillón sonriendo.

—Mira, no busco abrir un mercado, ni mucho menos consumirla, lo único que quiero es conocer sus efectos... puedo pagarte.

—Por tu manera de hablar y de expresarte me doy cuenta que estudias en ese lugar de ricachones. Pero está bien, te sigo el juego. ¿Cuánto ofreces?

Saqué mi cartera y tomé los billetes más altos que tenía, doscientos dólares.

—Es todo lo que tengo por ahora —contesté seguro de mí mismo pero al mismo tiempo ruborizándome un poco.

—No es mucho... bien, por algo de información no está del todo mal.

La mujer se puso de pie y se dirigió al librero, analizó cada uno de los libros pasando su dedo por encima del lomo, hasta que se detuvo y sacó un libro grueso. Se acercó nuevamente a mí y lo dejó caer de golpe sobre la mesa.

—Mira, en este libro viene todo lo que necesitas saber sobre las plantas que hay en estos bosques. Como te puedes dar cuenta en esta tienda vendemos cosas poco particulares. En otros tiempos se hubiera llamado hechicería, nosotros lo llamamos tradición. Este libro no viene como prepararlo exactamente, pero menciona cada uno de los efectos que produce cada planta y sobre todo, lo más importante, las dosis recomendadas para su uso. Es lo único que puedo darte por ese precio.

—Muchas gracias.

Estuve a punto de tomar el libro cuando ella apoyó su mano en el.

—Si me entero que me haces competencia, te va a ir muy mal ¿me oíste?

—Si señorita —contesté.

Ella sonrió y me miró de una manera muy extraña.

—Eres un chico muy raro, pero muy apuesto... si quieres hacer algo más, solo ven y pídemelo, ¿me oíste?

—Lo tendré en consideración, muchas gracias —Sonreí.

Metí el libro a mi mochila y salí rápidamente del lugar antes que ella pudiera decirme cualquier otra cosa. Intenté buscar a Víctor para decirle que volviéramos al internado, quería regresar y dedicarme a leer toda la noche. Miré mi reloj, eran apenas las once en punto, no era muy tarde. Busqué un lugar donde pudiera sentarme tranquilo a leer y al mismo tiempo tratar de encontrar a mi compañero.

Lo tienes, ¡Bien hecho!

Víctor no aparecía, sin embargo, no me preocupaba, estaba sumergido en mi lectura. Era algo que jamás leí. En la biblioteca del internado hice trabajos referentes a algunos remedios caseros con herbolaria, pero esto era completamente diferente. Solía leer bastante rápido, mi record de rapidez fue un libro de mil hojas en cinco horas, este tenía unas ochocientas páginas, así que lo iba a acabar más pronto. Solo necesitaba encontrar la información.

Y aquí estaba:

"La raíz del muerto es una planta que crece cerca de los lagos. Aquí en el pueblo de los pinos, en los primeros años de colonización, los habitantes aprendieron de esta planta sus propiedades especiales. Al principio se usaba como un remedio para aliviar el dolor de las personas moribundas. Aquellos que la consumen entran en un estado de paz absoluta, ingenuidad total y complacencia máxima."

Raíz del muerto, entonces, las esferas que tenía en mi poder estaban hechas de esta planta. Sentí un escalofrió mezclado con algo de excitación. Debía probarla y si el efecto conseguido era el deseado, debía mejorarla. Pero, ¿por dónde podía empezar?

Quizá en una fiesta...

Ahora más que nunca, debía encontrar a Víctor.


Doctor Cosmo - El diario de un asesino parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora