Para la sociedad, ella era la mujer perfecta, el modelo a seguir tanto como hija como prometida, joven, bella, bondadosa, inteligente, millonaria... caprichosa. Victoria Ransome, su madre, la dueña de la reconocida cadena hotelera Ransome, le había inculcado erróneas ideas acerca del amor basadas en su matrimonio fallido que había dejado como fruto a esa hermosa jovenzuela, sin embargo no había perdido la oportunidad de comprometerla con Seth Gard, un acaudalado empresario inversionista en la naviera de su familia, que, al igual que su madre, le exigían a Ivy la perfección.
En eso se basaba su vida, ó por lo menos eso era lo que la gran mayoría sabía.
No obstante, ella no era todo lo que pretendían los demás, Ivy se había encargado de encontrar mil y un formas de hacer valer su vida cada segundo a pesar de tener que hacerlo a espaldas de su madre y su prometido (ganándose así el sobrenombre de señorita malcriada para muchos que presumían haberla tratado) cada que accedía a una carrera montada sobre uno de sus poderosos automóviles bajo el seudónimo de <<el lobo negro>>.
ESTÁS LEYENDO
Señorita malcriada [EN EDICIÓN]
ChickLitEllos solo deseaban ganar. Ella quería ganarle a él. Y, por supuesto, él a ella. ¿Quién caerá antes en el juego del amor? ADVERTENCIA Contiene escenas sexuales explicitas.