Capítulo 21

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-Hola mi amor. -dijo Jürgen al momento que Helga se sentaba en el asiento derecho de su automóvil y extendió su mano para tomar la de ella.

-Jürgen. -dijo ella rechazando su mano, para luego cerrar, con más fuerza de la habitual, la puerta del automóvil. -¿Qué es eso que hacen en casa de Hans?

-Estamos aprendiendo a tener sueños. -respondió él con duda en la voz, como si no entendiese la pregunta.

-¿Solo a tener sueños? -volvió a preguntar ella con notable molestia, y sin dejar de mirar fijo a los ojos de Jürgen.

-Sueños, claro. -siguió diciendo él sin comprender a dónde iba la pregunta. -Eso ya te lo había contado antes. No entiendo tu molestia.

-No estoy molesta. -dijo ella molesta -Estoy preocupada por lo que están haciendo ahí. No está permitido por Dios jugar con nuestras almas.

-Pero nosotros no jugamos con almas. No entiendo por qué estás así, enojada.

-Si, es verdad, estoy molesta. Molesta porque no me cuentas lo que hacen y tengo que enterarme por otras personas.

-Pero yo te invité a participar. Y tú no quisiste. Además no estamos haciendo nada malo.

-Te equivocas. Lo que están haciendo ahí es pecado. Lo supe desde el principio, y no debí dejarte crear ese club del demonio.

-Pero, ¿me puedes decir qué te contaron? Me parece que te mintieron, porque te puedo asegurar que no hacemos nada malo.

-Están queriendo despertar en los sueños para salir de sus cuerpos y eso es pecado. ¿No sabías que cuando tu alma se aleja de tu cuerpo, queda libre para que otro espíritu o demonio se apodere de tu cuerpo? Por eso es que es pecado estar jugando con las almas. Dios nos ama y por eso quiere lo mejor para nosotros. Pero el demonio está siempre al acecho para aprovechar cualquier debilidad o error para hacernos pecar. Y lo que están haciendo ustedes en ese club del demonio, ya ha sucedido anteriormente. El pastor nos contó que conoció un caso similar en el que una persona despertó en los sueños y se fue a volar fuera de su cuerpo. Cuando volvió, su cuerpo ya estaba poseído por un demonio. A partir de esa vez, de manera cada vez más frecuente, el demonio hablaba por su boca y lo hacía tirarse al piso como los cerdos y a moverse como la serpiente. Tuvieron que llevarlo al templo para que, entre todos los presentes, se pueda invocar a nuestro señor Jesucristo y al mismísimo Dios para que ayuden a expulsar aquel demonio del cuerpo de esta persona. Costó mucho. Hasta que finalmente lograron expulsar al demonio y permitir que esta persona pueda volver a ser normal.

-Eso que dices es lo que se llama Desdoblamiento. Es decir, salirse de su cuerpo. No es lo que hacemos. Nosotros solo tenemos sueños lúcidos. Es algo divertido. No hacemos nada malo. Esto es solo darnos cuenta que estamos soñando y hacer cosas divertidas, cosas que no podríamos hacer en el mundo real. Por ejemplo volar, o viajar a la luna. ¿Qué tiene de malo soñar que estás volando?

-¿No te das cuenta que los demonios de tienen confundido? Tú mismo acabas de decir que tu alma sale de tu cuerpo y pueden volar e ir a la luna. Es lo que el pastor nos dijo. Por eso es que te prohíbo que sigas con ese club. Si vuelves a asistir, te olvidas de mí.

-Pero Helga. Estás equivocada. Esto que hacemos no tiene nada que ver con lo que el pastor te contó.

-¿Dices que el pastor está equivocado? ¿Te das cuenta lo que los demonios te están haciendo decir?

-No digo que el pastor miente, sino que los sueños lúcidos que nosotros tenemos, no tienen nada que ver con los demonios y el alma. Son cosas diferentes.

-El miércoles tenemos reunión del culto en casa de Renata. Allí estará el pastor y estudiaremos párrafos de la biblia. Le podemos decir que te explique lo que dice la Biblia sobre lo que hacen en el club ese que tienes.

-Pero el miércoles es cuando nos juntamos. Yo soy el organizador. No puedo faltar.

-Ya te lo dije. Si sigues con el club, te olvidas de mí.

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