Quinta Parte
El profesor entra en el aula de la Universidad. Lo miro y me parece que es muy raro que lleve un papagayo en el hombro. Eso me hacer recordar a la vecina de al lado de mi casa, allá en mi pueblo. Ella también tiene un papagayo que lo tiene todo el tiempo en el hombro. Quizá este sea un sueño, porque los profesores no tienen papagayos. Miro a mi alrededor, buscando algo fuera de lo normal, algo que sólo sucede durante los sueños. A mi lado está una muchacha que fue mi compañera de colegio. Pero, si mal no recuerdo, ella no salió del pueblo. No se vino a São Paulo a estudiar en la Universidad. Eso me hace pensar que quizá es verdad que es un sueño. Pero mejor hago la prueba de realidad que dice el libro. Me tapo la nariz y trato de dejar de respirar, a ver cuánto tiempo aguanto. Pero no siento asfixia, que sería lo normal si estuviese despierta. Ya con más confianza que es un sueño, me pongo de pie sin importarme lo que diga el profesor o el resto de compañeros. Doy un pequeño salto con la intención de volar. Tal como lo sospechaba, empiezo a elevarme sobre mis compañeros, quienes ni se percatan o no les interesa que yo esté volando. El profesor tampoco le importa mucho que yo vuele en su sala de clases. Volando me dirijo a la ventana y, sin abrirla, la atravieso como si fuera de aire y me salgo al exterior de la Universidad. El exterior no es como la verdadera Universidad. Los edificios alrededor son algo diferentes. Luego recuerdo que antes de dormir me había propuesto ir de visita a mi pueblo, a ver a mi madre y a mi madrina. Me elevo un poco más sobre la Universidad y empiezo a avanzar. Primero lentamente y luego a mucha velocidad. Sin darme cuenta, los edificios altos que estaban debajo, se convierten en casas de un solo piso como las que hay por mi pueblo. Ahora me doy cuenta que ya llegué al pueblo y que estoy volando sobre mi calle. Bajo a un lado de mi casa y veo que en su interior está mi madre, barriendo el piso de la entrada. Al verme llegar me mira como si estuviese llegando del colegio. 'Ya era hora que te acuerdes de tu madre', me dice molesta sin dejar de barrer el piso. ‘Hola mami’, respondió avergonzada por su reclamo. ‘Es que no he podido venir. He estado estudiando mucho y no puedo venir a visitarte. Te prometo que vendré cuando salga de vacaciones’, le respondo tratando de reducir el enfado que tiene en su rostro. ‘Tu padre está muy preocupado por tu huida. No debiste escaparte así’. Sigue diciendo mi madre sin dejar de mirarme con molestia. ‘Pero es que él’, empiezo a decir pero la voz de mi madrina suena a mi espalda. ‘Hola mi Lucía’, me dice y me abraza con mucho cariño. ‘No debiste venir’, me dice y mira desafiante a mi madre. En ese momento me siento muy mal, porque no es mi intención que ellas se discutan. Sé que ambas quieren lo mejor para mí, pero también sé que cada una de ellas tiene su manera de pensar muy diferente. Pero no puedo evitar sentirme mal por haberlas abandonado. Se que me quieren y que deben haber sufrido mucho cuando me fui. En especial mi madre porque ella es una mujer muy débil y que necesita de mi ayuda para defenderse de mi padre que de seguro la habrá castigado cuando yo me fui. En ese momento un sentimiento de temor me hace estremecer. El temor de que mi padre llegue en ese momento. Y como si lo hubiese invocado, escucho su voz a mis espaldas. Un escalofríos me corre por la espalda y me quedo esperando el jalón en el brazo que estoy seguro que me dará por el fuerte enojo que se escucha en su voz. Mientras me toma del brazo con fuerza, mi madrina saca un pequeño muñeco de su bolsillo y lo empieza a golpear. A cada golpe que da al muñeco, mi padre grita como si el golpe hubiese sido dado a su propio cuerpo. Pero el enojo de mi padre es más fuerte y me aprieta el brazo con cada vez más fuerza hasta que finalmente me despierto. A pesar de que ya no estoy soñando, el dolor del brazo me sigue molestando, aunque no mucho, por el resto de la mañana.
ESTÁS LEYENDO
Lúcida
ParanormalEscondido en una habitación secreta, en la vieja casa de sus abuelos, Jürgen encuentra los restos de su bisabuelo perdido durante la segunda guerra mundial. Junto al cuerpo sin vida se encuentra un antiguo libro de evidente importancia para su bisab...