Capítulo 43

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-¿Entendiste? -preguntó Luis Carlos al finalizar su exposición que se había prolongado todo el viaje desde la Universidad, hasta el albergue estudiantil de Lucía.

-Para ser honesta, no mucho. Pensé que iba a ser mucho más sencillo, como el tener sueños lúcidos.

-Pero, ¿qué parte no entendiste? -dijo él con su tono de superioridad característico.

-Casi desde el principio. En especial la parte en que explicaste el proceso de ir reemplazado los objetos creados por el subconsciente, por los creados por mi mente consciente. ¿Cómo puedo saber cuál es cuál? ¿Acaso los creados por mi subconsciente, no son también creados por mí misma?

-Pero, está muy claro en la explicación. Si quieres, te explico todo de nuevo.

-No. Ya es muy tarde. Mañana tengo que ir a trabajar temprano por la mañana. Mejor me lo explicas mañana por la noche, al salir de la Universidad. Hoy estoy cansada. Quizá por eso es que no te pude entender.

-Sí. Mañana te explico mejor. -respondió él con un tono de superioridad -Y después te explico cómo crear habitantes en el mundo de los sueños. Pero eso es todavía mucho más complicado. Me costará un poco más hacerte entender.

-Mejor avancemos con calma. Poco a poco. Paso a paso. -dijo ella para no molestarse con el comentario con aires de superioridad dado por el amigo.

-Sí. Tienes razón. Es mejor así. Por eso te voy a ir explicando con calma. Toma. Te imprimí el documento. Así lo estudias con calma. Me parece que así lo entenderás mejor. -le dijo y le entregó un bloque de hojas impresas. -Ya sabes, si tienes alguna duda, me preguntas.

-No te preocupes, que si tengo alguna duda en la traducción, te preguntaré.

-Mira allá esa muchacha. -le interrumpió señalando él, con la mirada hacia la puerta de la pensión. -La que está entrando en la pensión. ¿No es tu amiga Marcia?

El solo sonido de ese nombre, hizo que Lucía se quedara congelada en el asiento, como si un fuerte terror incontrolable le petrificara su cuerpo.

-¿Es ella o no? -volvió a preguntar Luis Carlos ante el silencio de su amiga. -¿O tienes miedo de responder? -dijo esta vez en tono de broma, tratando de reducir la tensión en Lucía.

-Sí, es ella. Pero creo que no me vio.

-Pero, ¿cuál es el problema que te vea? Tú eres una persona mayor de edad y además ella no es tu padre. No entiendo que le tengas tanto miedo. ¿Sabías que puedes utilizar los sueños lúcidos para vencer este miedo?

-Me lo explicas otro día. -dijo ella ya repuesta del miedo, al ver a Marcia desaparecer por la puerta de ingreso de la pensión.

-Sí. Te lo explicaré la próxima vez que nos veamos. Lo necesitas urgente.

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