Capítulo 24

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Jürgen despertó sobresaltado y se incorporó inmediatamente de su cama.

-Me dormí. -se dijo recriminándose a sí mismo por su falta de cuidado.

Miró a su alrededor y a sí mismo para comprobar que todo estaba normal. Todavía tenía su ropa de calle y sus zapatos puesto. El televisor seguía prendido aunque no supo qué estaba proyectando en ese momento. Intentó recordar en qué momento es que se había quedado dormido sobre la cama, pero sin ningún resultado.

-Es la una de la mañana. No he dormido nada. -Se dijo con asombro luego de mirar su reloj de pulsera y recordar que esa era la hora que había visto la última vez que observó su reloj.

Ante la larga noche que se le presentaba ante sí, tomó su computadora y se sentó en su cama con la intención de hacer algunas investigaciones en Internet sobre el tema. De esa manera sería más fácil mantenerse despierto y pasar el tiempo que le quedaba hasta el nuevo día. Abrió el computador portátil y, sin que fuera necesario que escribiese algo en el navegador de su computador para que busque la información que quería, esta apareció directamente en su pantalla. La imagen de un demonio ocupaba casi toda la pantalla, con algunos enlaces y textos a un lado de ella. La imagen del demonio era demasiado real, lo que asustó a Jürgen que cerró el computador con excesiva fuerza y lo arrojó a un lado de su cama. El terror volvió a controlar sus nervios y su mente. Miró en dirección de donde había caído el computador y pudo ver, en ese mismo lugar, al demonio que anteriormente se encontraba en la página web del computador.

-¿Por qué me están buscando? -preguntó el demonio sin necesidad de abrir su terrorífica boca.

-No te estamos buscando. -respondió Jürgen con un tono de voz que más parecía un ruego, una súplica.

-Sí. Ustedes me han llamado. No me mientas, que se todo lo que piensas. -respondió el demonio. A pesar de que no abrió su boca para hablar, Jürgen sabía que el demonio estaba molesto por haber sido invocado. -Ahora estoy aquí. Ahora eres mío.

-¡No! -gritó Jürgen y se incorporó, recién despertando, de su cama.

-Todo fue un sueño. -se dijo aliviado y buscó a su alrededor cualquier seña de la presencia del demonio. Nada. Estaba solo. Miró su reloj y con asombro se dio cuenta que era la una de la mañana y que faltaba una larga noche por recorrer. Tomó su computador y lo abrió con la intención de buscar en Internet, algo de información sobre el tema.

Al abrir el computador, y sin necesidad de que él escribiese algo en el navegador, la misma imagen del demonio que acababa de soñar se le presentó en la pantalla del computador. Jürgen arrojó el computador a un lado de su cama, preso de un inmenso terror. En el mismo lugar donde había caído el computador, se encontraba el mismo demonio mirándolo fijamente.

-No podrás escapar de mí. No debiste llamarme. Ahora estarás preso aquí, para siempre.

-¡No! -gritó Jürgen y se incorporó, recién despertando, de su cama.

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