-¿Dónde está? -dijo Luis Carlos y se levantó impetuosamente de su asiento en el café de la Universidad al ver llegar a Lucía por la puerta.
Ella, al llegar al lugar donde se encontraba su amigo, y sin preocuparse por responderle, apoyó su bolso sobre la mesa y se puso a buscar algo en su interior.
-Aquí está. -dijo ella extrayendo un viejo libro que extendió orgullosamente hacia las ansiosas manos de su amigo.
Luis Carlos tomó el libro y, luego de mirar a su alrededor como si temiese que alguien se lo pudiese robar, se sentó a hojearlo con sumo interés.
-¿Qué es lo que dice? -preguntó Lucía un par de minutos después, curiosa por saber lo que estaba leyendo su amigo de manera tan concentrada.
-No. No sé. No hablo alemán. -respondió él incómodo al darse cuenta de la fascinación con la que miraba el libro. -Pero no te preocupes, -siguió diciendo, ya en control de sus pensamientos, al dejar el libro sobre la mesa y abrir el computador portátil que estaba también sobre la mesa. -Lo podemos traducir muy fácilmente con una página de Internet. Lo que va a tomar tiempo es transcribir el libro. Lo malo es que utiliza caracteres alemanes antiguos que ya casi no se utilizan.
-Yo te ayudaría, pero no soy tan rápida escribiendo en computadora. -le dijo ella con un poco de vergüenza en la voz. -En cambio veo que tú escribes muy rápido, con todos los dedos.
-Sí. Es que aprendí con un programa de computadoras que bajé de Internet. No es difícil.
-Con razón escribes rápido.
-Pero veamos ésta página. Es el capítulo cuatro. Creo que Hans me dijo que ese era el siguiente capítulo que le tocaba traducir y en la que se enseñaba a crear mundos fijos. Voy a transcribirlo en la computadora y luego lo voy a copiar a la página de Internet que traduce. Eso va a demorar un poco. Si quieres, pídete un refresco o algo para comer. Yo te invito. Es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte por conseguir el libro. ¿O es que tu religión no te permite tomar café o refrescos envasados?
-No seas estúpido. -le respondió ella fingiendo estar molesta por la broma.
-Porque me he enterado que eres una de las más estudiosas del grupo de oración. -siguió hablando Luis Carlos con un tono muy serio en la voz.
-¿Quién te dijo eso? -preguntó ella molesta.
-Estuve con alguien que conoce a Helga y al resto de ustedes y me comentó que te vio en una de las reuniones exponiendo muy bien un párrafo de la Biblia. Y según lo que me dijo esta persona, lo hacías muy bien.
-¿Quién te dijo? Ya pués, dímelo. -siguió ella insistiendo, cada vez más molesta.
-No te puedo revelar mi fuente, pero es muy confiable. ¿O no es verdad que a veces expusiste partes de la Biblia?
-Sí. Es verdad, pero todos lo tuvimos que hacer. ¿No querías que me integre al grupo de Helga para obtener el libro? ¿Acaso no lo logré?
-Sí. Tranquila. Eso solo una broma. No te lo tomes tan en serio -dijo él -Ahora que lo pienso. Debes seguir asistiendo a las reuniones. Al menos por un tiempo. Para que no sospechen que fuiste tú quien se robó el libro. Si te vas ahora, va a ser demasiado sospechoso. -agregó y se puso a copiar las palabras del libro hacia la computadora sin esperar respuesta a su comentario.
Lucía, luego de varios minutos de silencio ante la concentración del amigo, optó por ir a la mesa de atención de la cafetería y pidió un par de vasos de refresco con el dinero que él le había dejado sobre la mesa cuando le invitó, para luego sentarse a su lado leyendo sus cuadernos de apuntes.
-Escucha esto. -le interrumpió él de manera inesperada, haciendo que Lucía levantara la cabeza para escuchar con atención lo que había logrado traducir Luis Carlos hasta ese momento. -En este capítulo se expone la forma en que el soñador puede crear los mundos a placer y no conformarse con despertar en mundos creados al azar por su subconsciente. Incluso los mundos y sobre todo los habitantes de esos mundos, pueden ser creados para permanecer inalterados entre sueños. De esa manera, cuando vuelvas a dormir, es como si volvieras a despertar dentro de ese mundo, como en el mundo real.
-Sí. Eso está buenísimo. Pero, ¿Cómo sabes entonces cuál es el mundo real?
-Qué tonta eres, de la misma manera que te das cuenta que es un sueño lúcido.
-Sí. Tienes razón. Disculpa. ¿Qué más dice?
-En realidad solo traduje una página y media. El capítulo es mucho más largo, pero no puedo copiarlo todo aquí. Tendré que hacerlo en mi departamento. Mañana te explico lo que vaya a traducir esta noche.
-Está bien -dijo ella sintiendo una larga distancia hasta mañana.
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Lúcida
ParanormalEscondido en una habitación secreta, en la vieja casa de sus abuelos, Jürgen encuentra los restos de su bisabuelo perdido durante la segunda guerra mundial. Junto al cuerpo sin vida se encuentra un antiguo libro de evidente importancia para su bisab...