Lamento De Lykos

Lamento de Lýkos

Ahora que me he perdido en el horizonte de tu mirada; que he vendido mi inmortalidad por segundos bañados de tu divina presencia; que he canjeado el antídoto de la razón por el veneno de la locura; que me he susurrado con terquedad palabras de esperanza, para no caer en instantes de triste realidad... He encontrado mi vida danzando en la zozobra del mañana, recostada sobre el andén de las dudas; le he visto vistiéndose, de un convulsionado estado vegetativo; recorriendo un callejón adornado con grafitos del ayer, que aunque opacos, aun se pueden leer. Ahora veo mi vida aferrarse con fuerza, a un sueño tan diferente, uno que no pigmenta el arco iris; uno tan prolongado, tan vacío, ofensivamente real; de frutos personales.

Un monólogo de soledad, un silencio llamado libertad, uno de cabeza agachada, de sonrisa dudosa, de amaneceres grisáceos; de noches tormentosas. En ese panorama de triste realidad, vuelve y baila la utopía, esa que se completa vanamente a pedazos; una sonrisa que genera más dudas, que certezas, una mirada que hace despertar mis mañanas, un veneno con aroma a flores, que se bebe directamente de tus labios; un sentimiento ciego, un estímulo masoquista, una lanza apuntando al pecho, mi escudo sobre el piso. Mi mirada descifrando el lienzo de tu rostro, viajando en el cosmos de tus ojos, asfixiando el orgullo en tu sonrisa. Entonces comprendo, que no tengo más que una certeza, una solitaria realidad; y una ilusión que se alimenta en tus labios, dos sueños que han pervertido mi tranquilidad;

un deseo de letras y libros, de discernimiento profesional, de vida en soledad. Una ilusión de besos y caricias; de historias vividas, de miradas de oscilante brillo, de silencios enredados en tus labios, de viajes en tu piel, de ahorcarme en lo sublime de tu cabello; un sueño de muerte lenta, pero placentera. ¿Qué hacer?, ¿qué soñar?, ¿qué vivir?. ¿Cómo poder coser la vida y la muerte en mi eternidad? tantas dudas, tantas ganas de transformarte rápidamente en una certeza, tanto miedo de perder tus labios y perderme a mí... No hay respuestas, solo besos, miradas, sonrisas, juegos; el tortuoso caminar del tiempo, enseñándome que cada segundo que pasa, es uno menos para conquistar algo mas que tus labios; para vivir más allá de un abrazo, para soñar con la misma estrella; para amainarte a mi vida. Un paso más que me lleva a otro otoño, mientras yo disfruto desprevenido, de esta efímera primavera. La decisión está en el aire y la susurra el viento, el mañana asoma la cabeza y revisa mi equipaje, el silencio clama por un arpegio de esperanza real; un beso que viaje en una valija, y el amor de polizón alimentándose de mutua ilusión.

Pero vuelvo a mirar el fantasma de la verdad, escucho su tétrica voz anunciando mi derrota; enseñándome que un lobo jamás, podría con aullidos, enamorar un gato, que tranquilamente reposa sobre un tejado; porque para amarle, hay que seguirle, y tristemente le pierdo de vista por lapsos, en los que mis noches se decoloran, y se hacen tristes amaneceres nocturnos. Para vivirle hay que brindarle todo en una vida, mientras él, ingratamente puede vivirte en siete pedazos; sin importar que ese lobo siga soñando, con la luna en sus ojos y la noche en sus labios.