Melancolia del ayer

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En las noches en las que el solo que hace eco en las paredes de su propio existir, no es más que el crudo silencio, y una que otra ráfaga de viento que pasa murmurando, las dolencias que la vida le provee, el cautiverio de tal existir. Se sume en el recuerdo de ese casi, divino ser, encerrado en un cuerpo de mujer; ese recuerdo que se pierde en el tortuoso trasegar de un presente que con ansias desea archivar, se abraza a esos trozos de esperanza que le regala las difuminadas promesas de amor, esas que tienen una dudosa validez pero que le permiten seguir aferrado a la ilusión, de reencontrarse con ese amor que arde en él y se extingue en ella, quizás en ese sarcófago de concreto en el que duermen sus sueños y reposa su ya muy cansado cuerpo, se encuentre el secreto de su soledad, quizás su mirada se pierde entre las sombras de ese caminar que regía su existir, y ya no está, él solo navega en el espacio en el cual se movía el aroma dulce de esa mujer. 

Lamento De LykosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora