Lamento De Lykos

Caí.

Caí, y no sé por qué no deseo levantarme. No sé por qué quiero dejar que el veneno recorra mi cuerpo, tal vez porque cuando llega a mi cabeza te pienso y cuando llega a mi corazón te siento. 

No sé por qué quiero seguir preso de este hechizo que me encerró en tu corazón. No sé por qué cambio hoy mi espada por una rosa, no sé por qué quisiera ser tan pequeño y que vos también lo fueras para así arroparnos con los pétalos de esa flor.

No sé por qué te sueño cuando duermo, y cuando despierto también. No sé por qué me siento pequeño cuando no estás y gigantesco cuando estás conmigo. No sé por qué hoy no tengo desnudo mi cuerpo pero si el corazón. 

No sé por qué con vos vivir ya no es tan duro, no sé por qué recogiste los cristales rotos de mi alma sin importar cada corte que estos te hicieran y te tomaste el tiempo de pegar cada uno de ellos; no sé por qué pasas horas escuchándome hablar escuchando mis proyectos y mi forma de pensar. 

Mi condena no fue caer fue no desear levantarme pero tú lo hiciste. ¿No sé por qué?