La dama de letras (Parte 2)

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Era diferente, una musa capaz de santificar un infierno o de simplemente echar a volar a un poeta de alas rotas; capaz de darle esa lucidez que se escapa entre la confusión de Nyx. 

Le vi entrar llevando una pluma hermosa y brillante en su mano derecha; mientras en la izquierda sostenía un pergamino que se armaba con cada pincelada de sabiduría que trazaba. Ignoraba mi presencia o disfrutaba su inocua distancia, la verdad no sé, tampoco me importaba mucho resolver el enigma. 

Escribía. El viento susurraba un acorde que adornaba su caminar; ambientaba su divinidad, y me llevaba al éxtasis de pensamientos desordenados e incoherentes. Pasó cerca de mi, pero no volteó la mirada, escribía y votaba al aire aquellas páginas, que recogían las estrellas para estallar en ráfagas de luz; algunas líneas eran tan majestuosas, que rompían las estrellas, adornando con rayones de tiza, la noche. No sé si era consiente, pero sé que tenía abiertos los ojos, al menos los del alma, por eso podía ver su innata figura colarse por mi agrietado corazón.

Lamento De LykosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora