Camino con la angustiosa melodía del silencio, Llevo conmigo el limo de mi corazón, hacia el paredón de mi memoria, me embriago de amaneceres, hoy que ya encontré el ocaso. Le roso suavemente las mejillas al ayer, fingiendo fallidamente que sigues aquí, que no te llevaste sonrisas ajenas, que no partiste dejando algo menos que tu ausencia. Hiberno mis sueños en vanas reencarnaciones del pasado, en instantes de brisas que traen consigo el olor de tu cabello, la textura de tu cuerpo, la luz de tu mirar. Me pierdo entre las páginas de mi historia, entre la tortura de mis sonrisas por vos; entre los silencios hechos de miles de sentimientos, que hablaron sin alzar su voz; visito la tumba de mis sueños, adornada con claveles marchitos y las rosas que has arrancado de mi jardín.
Camino negando el hecho de que jamás te tuve, que nunca logré llegar más allá de tus gustos. He perdido, lo sé, porque hoy no se pigmentó el alba de la misma manera que lo hacia cuando vos estabas aquí, cuando inocentemente creía que era algo más que un callejón en la ciudad de tu corazón, que era más que una piedra, en el río de tu alma. Ahora he dado por hecho, que no era más que estambre, para tu instinto felino, que no era más que una banca, en la cual reposaba tu exhausto caminar; que era un simple colibrí sin alas, así de pequeño, impotente, e incapaz de llegar a tu corazón; ahora sé que tuve un amanecer, con presagio de cataclismo, con insinuaciones de derrota, con lágrimas de eternidad; un amanecer decolorado por un inestable futuro, del cual has renunciado.
No queda más que recalcar tu nombre, sobre el pasillo de mis fracasos, no queda más que aprender a no tatuar otro ser, en el lugar donde solo deben ir sueños de superación, aprender a tragarme los suspiros, las lágrimas, el cólera, el silencio, la soledad. No te culpo porque sientes, así no sea por mí; porque sos libre para volar en cualquier otra mirada, así yo ya no tenga alas, y esté atrapado en la soledad. Ve y se feliz, no te culpes ni te preocupes, por este ser que renunció de la vida, de una sonrisa propia, de un sueño... No te cargues angustias que van en una valija de desconsuelo que cabe en mi mirada, del horror de estar muerto aunque la vida me siga negando el regalo de un sueño eterno, en donde te puedo ir a buscar.

ESTÁS LEYENDO
Lamento De Lykos
PoesíaLamento de Lýkos es un viaje poético apartado de los almidonados conceptos de la poesía tradicional, esta propuesta llamada "Poesía Filosófica" está repleta de peculiaridades y trasfondos de naturaleza metafísica, pues el autor propone un...