Quizás no valga nada un delirio más, un cúmulo que cobra vida cuando tus ojos se pausan en cada parte que compone divagar en tu nombre, perderse una vez más en la singularidad que propone tu intocable personalidad; en cuestionar tu existencia en mi pálido reflejo de madrugada, en afirmar tu presencia en los más alucinantes recuerdos, en las sonrisas más deformadas por dulces lapsos de sentido ahogado en océanos del corazón.
Quizás este día no exige que salga el sol, ni que cante un ave los acordes mañaneros, ni que el rocío esté decorando finamente una simple hoja, ni que la mañana tenga aroma a flores, ni siquiera a frutas frescas; este día no pide despertar con azules plenos, ni con esperanza de perfección, ni con nubes que presagien historias talladas en el firmamento, y mucho menos con miradas de encandilante rutina... quizás este día no exige nada, pues se conforma con que la luz del sol se encuentre en el sublime momento de tu despertar; quizás nadie pide que un ave cante, solo esperan que vos alces tu vuelo hacia el nuevo ciclo de tu vida, pues querida mía, surcar el cielo de los triunfos otorga la más pura melodía; quizás nadie pide más adornos a la belleza de la naturaleza, ni que se lave la pureza de las hojas, es más, ninguna gota de agua se perdería en el ignorado arte cósmico, no cuando hoy pueden extasiarse recorriendo suavemente tu piel, hidratando los sueños de superación que dejó la noche, lavando los miedos de vivir; quizás el aroma a flores ya fue trillado, su dulzura hostiga, se marchita, se esparce en mundanas intenciones de conquista; el día hoy decide perfumarse de tu cabello, de tu singular aroma a rebeldía, de tu indescifrable dulzura, de tus momentos condenados a la amargura de las dudas; las frutas no piden ser admiradas en distancia, quieren estar sobre tu plato, haciendo parte de tu cuerpo, contribuyendo a tu insaciable hambre de crecimiento, a tus evidentes instantes de ansiedad; quizás este día se aburrió de enceguecerse de azules , hipócritas fingiendo que no llegará a haber nunca precipitaciones en el camino, el día prefiere drogarse con los matices de tu piel, con la forma en la que se pigmenta tu cabello al ser seducido por el sol, al ser tocado por el viento, al arremolinarse en el vacío, al precipitarse sobre tus hombros; quizás este día no viva en la torpeza de buscar la perfección en el trastabillante caminar del tiempo, sé que él sabe que la perfección se ha instalado a vivir hace mucho en tus ojos, en la singularidad de su brillo, en la artística mezcla que proponen, en el Grial de la pintura; quizás este día deje de leer vanas historias en el firmamento, ni busque un absurdo misterio en las irregulares nubes, el no buscará, ni leerá nada más sublime, más retorcido, más misterioso, más difícil de predecir, que lo que sos, que lo que vives, que lo que inspiras, la trama sos vos, el desenlace que la pedrisca algún atrevido Dios; quizás el día ya se cansó de que todo se viva igual, que se sonría con la misma necesidad, con la misma fuerza, con la misma incapacidad de sentir, pues ya se percató de que la aventura se dibuja en tu sonrisa, en tus ideas, en tus gustos, en la necesidad de conocerte que generas, en el respeto que cada día te vas ganando.
Nunca pensé que las estrellas cumplieran ciclos, ni mucho menos pensé poder conocer a una de ellas, una condenada a ser tan mística, pero tristemente carnal; nunca pensé poder agradecer una lágrima, ni tan solo poder compartir un peculiar estado mental con una de ellas, ni siquiera poder mirarle de frente sin quemarme en mi propia miseria; nunca pensé embriagar el pasado sonriendo a tu lado, ni siquiera tomar café recibiendo uno que otro cumplido, ni tener la posibilidad de ser un sideral al estudiar la nebulosa de tus ojos, ni mucho menos llegar a atreverme a describir la perfección de tus estelares movimientos; jamás pensé que te miraría buscando resolver las intrincadas ecuaciones de tu pensamiento, intentaría perderme en alguna dimensión, donde la razón la maneje las leyes, de lo ilógico pero dulce de tus delirios; nunca he sentido tanta necesidad de escribir, de celebrar, de mirar con orgullo el pasado, de agradecerle a alguien que haga parte de mis pilares, nunca pensé llegar a vaciar esta maraña de incoherencias justificadas en vos.
Nada más que decir, porque quizás no valga nada, lo que quede en el péndulo de mi pensamiento algún día llegará, pues hoy se esfuma este delirante ser, hoy el papel principal le pertenece a una diosa en estuche de mujer, una princesa de armadura que tengo el orgullo de tener como amiga; un hermoso desorden mental que simplemente llegaras a entender cuando te encuentres en intimidad con el cristal.
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Lamento De Lykos
PoetryLamento de Lýkos es un viaje poético apartado de los almidonados conceptos de la poesía tradicional, esta propuesta llamada "Poesía Filosófica" está repleta de peculiaridades y trasfondos de naturaleza metafísica, pues el autor propone un...