El cementerio que hay en mi

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Encerrado en casa hoy. La mañana inunda mi dolor, causado por la soledad, al precipitarse la tarde totalmente plomiza y coronada por Apolo, con sus rayos de incandescente poder me impiden ver más allá de mi ser, el calor de ese astro me irrita la piel, y me ciega la razón. He soportado la tortura del día, la humillación del sol y el aparente olvido de Dios; todo empezó a esfumarse cuando ese redentor de mi alma llamado occidente, empezó entre cumbres a devorar el muy dominante sol; entre las innumerables montañas y la curvatura de la tierra se extinguía el dictador reinado de Apolo. 

La noche empieza a llevarse la luz y a sumir en profunda oscuridad la tierra, se marcha el tosco Apolo y le abre paso a la sutileza de Nyx. Ella llega con su suave brisa, esa que nos desnuda el alma y el corazón, llega la noche con su propia luz, con su excelso matiz, llega la luna, llega Nyx, como una dama al caminar, deja a su paso, un sin número de luces, que revelan la espantosa realidad que en medio del día no sale a bailar. 

Lamento De LykosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora